Un año del día en que el 'Carrasquismo' quedó fulminado por la corrupción

Isabel Carrasco Alejandro de Pedro Llorca Marcos Martínez Barazón

Carlos J. Domínguez

Poco antes de las nueve de la mañana del lunes 27 de octubre de 2014 agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en concreto del Equipo de Delitos contra la Administración, entraron en el Palacio de los Guzmanes. No gritaron '¡quieto todo el mundo!' pero todo el mundo se quedó paralizado cuando preguntaron por el presidente de la Diputación, Marcos Martínez Barazón, y el interventor, Jesús 'Suso' Prieto, mostraron una orden de detención emanada de la Audiencia Nacional y comenzaron a solicitar copias de expedientes muy concretos.

Carreras, sudores fríos, llamadas, alguna que otra sonrisa maliciosa, conversaciones subrepcicias, preguntas sin respuesta, nervios a flor de piel y por encima de todo incredulidad y shock sacudieron la planta noble de la sede de la Diputación de León. Algunos pocos habían leído a primerísima hora la noticia de El Mundo sobre la Operación Púnica contra la corrupción ordenada de manera fulminante en toda España por el juez Eloy Velasco desde su Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, que salpicaba a algunos politicos y empresarios, pero nadie o casi nadie vinculaba aún este golpe a León.

Precisamente porque la capacidad de asombro de los leoneses se creía imposible de superar desde que el 12 de mayo de ese mismo año cayera asesinada de tres disparos a bocajarro la anterior presidenta de la institución, Isabel Carrasco, por una presunta venganza personal y política.

Y sin embargo, cuando en torno a las 11.00 horas de aquel lunes los agentes montaron la mediatica salida del garaje de la institución de Marcos Martínez en su propio coche oficial camino de la Comandancia de León, paso previo a su traslado a Madrid, para que los fotógrafos pudieran inmortalizar el histórico momento, todos los que se quedaron dentro del Palacio de los Guzmanes como noqueados, unos aún temblando por lo que le pudiera tocar, otros respirando aliviados, todos sabían que aquel 27 de octubre caía definitivamente el 'Carrasquismo' en el PP leonés y con él toda una era política, víctima de las evidencias de corrupción.

El fin de una era porque además, dos días después de esta conmocionante caída, Marcos Martínez iba a ser elegido también sucesor de Carrasco en la Presidencia del PP leonés, con las bendiciones de Mª Dolores de Cospedal, con quien se había podido reunir y fotografiar apenas dos días antes precisamente gracias a la mediación del Alejandro de Pedro Llorca, a cambio de ventajas en inminentes contratos de la estación de esquí de San Isidro y en agradecimiento al pago durante años de más de 105.000 euros públicos a las empresas del 'conseguidor' para una vacía política de posicionamiento y mejora de la imagen online de Carrasco primero y Martínez después.

Por ambos motivos, el juez vio claro desde el minuto uno que los tejemanejes de Barazón eran más que suficientes para imputarle seis graves delitos, imputaciones que un año después se mantienen intactas: negociaciones prohibidas a funcionarios, prevaricación, revelación de secretos, tráfico de influencias, cohecho y también fraude. Eso y el riesgo de fuga hizo que la Audiencia decretara prisión incondicional sin fianza, que llevó al aún presidente a la prisión de Soto del Real y después a Navalcarnero: total, 42 días de prisión de la que finalmente se libró pagando 30.000 euros de fianza y regresando a León en plan víctima, recibido con vítores y música de la película Rocky en su Ayuntamiento de Cuadros donde, por cierto, consiguió este mes de mayo volver a gobernar con holgada mayoría.

Todo eso, a pesar de que desde el minuto uno saltaron las pruebas irrefutables -varias de ellas destapadas por iLeon.com a nivel nacional, como las facturas con la empresa Madiva del 'conseguidor'- del extraordinario trato económico que con dinero público se otorgaba a la trama presuntamente corrupta a cambio de favores políticos, entre otros.

Pero no mayor sorpresa causó -a sólo un día de saltar el escándalo principal, como en exclusiva certificó iLeon.com- la implicación del entonces todopoderoso interventor Jesús López, situado en este puesto por Carrasco y mantenido por Martínez Barazón. Y fue a hacerlo por los mismos intento de negocio amañado en la estación de San Isidro, donde López ya estaba incurso en otro juicio relacionado con sus negocios particulares con apartamentos. Sobre él pesan aún los presuntos delitos de fraude y negociaciones prohibidas a funcionarios, aunque él siempre ha negado los hechos y nunca ha pisado la prisión.

Sin embargo, las relevaciones detalladas del sumario, que no tienen desperdicio, revelan multitud de pruebas especialmente contra Marcos Martínez, como los correos y llamadas con Alejandro de Pedro en los que se aprecia un acuerdo tácito de trato de favor a cambio de que al presidente se le abriera en Génova la puerta de la Presidencia del PP leonés.

Hoy, una vez creada causa separada sólo para el caso Púnica en León, habiendo pasado multitud de testigos y ni siquiera descartándose todavía alguna posible imputación más -hay quien dice que tiene papeletas el 'hombre de las nieves', Pedro Vicente Sánchez, por su doble condición de ser el Coordinador General de la Diputación que pagaba las facturas mensuales a la red de diarios zombies de Alejandro de Pedro y alcalde del municipio donde se asienta la estación invernal-, lo cierto es que la macrocausa que ha marcado un antes y un después en la lucha judicial contra la corrupción política y empresarial en España se ha cobrado 92 imputados provenientes de cuatro comunidades autónomas distintas, implicados especialmente por el presundo cobro de comisiones a cambio de contratos con las administraciones públicas.

Los otros cabecillas, el ex líder madrileño del PP Francisco Granados y su socio y 'conseguidor' de cabecera David Marjaliza, permanecen en prisión como la punta del iceberg de la trama, incluso vinculados de alguna manera a León a través de negocios “en una planta de reciclaje de León”, como desvelaba recientemente iLeon.com tras un exhaustivo análisis del extensísimo sumario del caso.

Fuentes de la Audiencia Nacional no son capaces de aventurar a día de hoy en qué posible plazo podrían comenzar a verse a los implicados por esta trama sentados en el banquillo de los acusados, aunque la pieza separada de la vertiente leonesa de Púnica parece estar ya más cerca que otras del final de la instrucción dado que, por ejemplo, los últimos testigos comparecieron en abril.

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