La minería leonesa homenajea a los seis fallecidos en el Pozo Emilio en 2013

Gráfico Portada Dativo Accidente Pozo Emilio en la Hullera Vasco Leonesa

Jesús López de Uribe | Infografía: Dativo Rodríguez

Hace cuatro años todo León y toda España se quedaron sin aire de espanto. A las 13.25 del 28 de octubre de 2013 seis mineros morían por un escape de grisú en el Pozo Emilio del Valle de la Hullera Vasco-Leonesa que les quitó de forma fulminante el oxígeno. Y casi cinco compañeros más pierden la vida al intentar salvarlos. Pocos minutos después, sobre las dos de la tarde, la noticia del último gran accidente minero de la provincia leonesa se hacía pública. Hoy a la una de la tarde en la plaza del Grupo Tabliza, entre las localidades de Llombera y Santa Lucía de Gordón, se realizará un homenaje en su recuerdo.

Un lunes nefasto en el que Carlos Pérez, Manuel Moure, Antonio Blanco, Orlando González, José Luis Arias y Roberto Álvarez, que trabajaban en el macizo 7 del también llamado Grupo Tabliza en Santa Lucía de Gordón. Casi no tuvieron tiempo de enterarse. No pudieron ni llegar a ponerse los autorrespiradores por un repentino golpe de grisú, que hizo que de forma instantánea el oxígeno descendiera por debajo del 1% en el aire. Mortal de necesidad. Y la cosa pudo ser muchísimo peor, porque trabajaban más de 15 mineros en la galería. Y de los cinco compañeros que intentaron socorrerles, que resultaron gravemente intoxicados. Uno de ellos llegó a estar entre la vida y la muerte.

Aquel día se produjo el accidente más grave de La Vasco, que se creía ejemplo de seguridad en el sector, en los últimos 60 años, entre críticas de los sindicatos mineros por lo que ellos creían un fallo grave en las condiciones de explotación. Pocos días antes había sido despedido un ingeniero de La Vasco por negarse a entrar en otro pozo por las condiciones de peligro que había detectado.

Una desgracia que causó consternación en las autoridades que tanto estaban maltratando a la minería del carbón en los despachos por aquella época. El entonces ministro de Industria José Manuel Soria expresó, en nombre del Gobierno, el “sentimiento de condolencia” a las familias de los fallecidos y el apoyo a los familiares de los cinco heridos, mientras que el presidente Herrera expresó el “sentimiento de comunidad” por la que calificó como “tragedia leonina”, al tratarse del accidente minero “más importante de las últimas tres décadas”. Con una polémica visita del ministro a León (se le recomendó no acudir a la bocamina y los familiares en el tanatorio de León casi no le reciben) quiso trasladar la “proximidad y cercanía” tanto a las familias de las víctimas como de los heridos.

Luto nacional en España y ejemplo de dignidad minera

Pese a proclamar un día de luto nacional, la tensión política entre el Gobierno de la Nación y los mineros volvió a hacerse patente al denunciar éstos que el Congreso guardó un minuto de silencio en 2016 por la muerte Rita Barberá y no por los fallecidos en Santa Lucía. Más tarde se hizo público que el Gobierno sí lo había hecho una semana después del accidente en el Senado.

Lo que fue también impactante para todos los españoles fue el multitudinario funeral de los mineros días después, con cinco mil asistentes. El silencio, la tristeza, el dolor, y sobre todo la dignidad de los mineros y las familias de los fallecidos no dejando ser protagonistas del sepelio a los políticos dejaron impactada a toda España.

Los fallecidos

Carlos Pérez, casado y con dos hijos de 16 y 13 años. Aunque vivía en León, prácticamente todos los fines de semana se acercaba a Las Ventas de Albares con su familia para visitar a sus padres.

Manuel Moure natural de Ciñera de Gordón, donde le conocía todo el mundo. Tenía 39 años y acababa de ser padre de una niña hacía escasas semanas. Minero como toda su familia.

Antonio Blanco, 42 años. De Robles de la Valcueva (Matallana de Torío). Casado y con una niña. Vivía en León. En un giro de esos dramáticos del destino muy señalados en la mina, estaba a punto de prejubilarse. Su hermano también fue compañero en la Hullera Vasco Leonesa.

Roberto Álvarez, el más joven de todos los fallecidos con 35 años. De Fontanos (Garrafe de Torío) era el más joven de los fallecidos. Roberto dejó dos hijos pequeños, una niña de dos años y un bebé de meses en el momento del fatal accidente.

Orlando González. De La Pola de Gordón, aunque era de la pequeña localidad de Paradilla. Soltero y llevaba entre doce y trece años trabajando en la minería.

José Luis Arias era el único que no había nacido en la provincia de León. Un asturiano casado y con dos hijos de Pola de Lena y que, para poder seguir trabajando en la minería se había venido a vivir aquí.

Cuatro años después, la cúpula directiva de La Vasco imputada por el accidente por fallos graves de seguridad

Las protestas entre los sindicatos mineros sobre la falta de seguridad en el tajo surgieron casi desde el principio. Y quedó un sentimiento de desamparo y de injusticia muy marcado entre los familiares de los fallecidos. Éstos no dejaron de luchar para encontrar responsables de lo ocurrido aquel fatídico 28 de octubre de hace cuatro años.

Y precisamente en julio pasado se conoció la noticia de que el Juzgado número 4 de instrucción de León investigaba a la Dirección de la Hullera Vasco Leonesa por la muerte de los seis mineros del pozo Emilio del Valle. Nada menos que 16 imputados por delitos de homicidio con imprudencia grave y lesiones entre los que se encontraban el presidente de la empresa minera, Antonio del Valle, el vicepresidente y consejero delegado, Arturo del Valle y el vocal de la sociedad, Aurelio del Valle.

Es la lucha de los familiares y compañeros de los seis del grupo Tabliza la que está manteniendo vivo el espíritu de la minería del carbón en la Montaña Central, ya que la Hullera Vasco Leonesa cesó definitivamente las extracciones en febrero de 2016, tras 123 años de Historia.

Un recuerdo, el de un sector que durante más de un siglo creó y mantuvo pueblos y una forma especial de sentir la vida desde la negrura del carbón que sigue intacto; aunque dolorosamente. Todo ese dolor y vivencias de la familia minera está a la espera de que la Justicia decida quién debe pagar, y cómo, por la muerte de los compañeros de Tabliza. Con la dura realidad presente del cierre, porque todo indica que los seis de 2013 serán los últimos en haberse dejado la vida en los túneles de La Vasco y de la mina en la Montaña Central.

Etiquetas
stats