La biomasa, el nuevo y polémico 'boom' energético de la Junta de Castilla y León

Eduardo Margareto/Ical

Antonio Vega

A finales del siglo pasado la Junta de Castilla y León escogió la fuerza del viento como su principal apuesta energética en la Comunidad, tradicionalmente exportadora neta de energía para el resto de España. Para ello lanzó el Plan Eólico de Castilla y León, que promovía la construcción de parques eólicos por todas las provincias. Casi dos décadas después el resultado de aquella política es una investigación por presunta corrupción que incluye una veintena de imputados por haber pagado hasta 80 millones de euros en comisiones y parques eólicos ilegalizados o paralizados por las irregularidades habidas en sus tramitaciones.

La apuesta energética de la Junta incluyó la imputación del exvicepresidente Tomás Villanueva, al que su fallecimiento le libró de declarar como investigado por dos presuntas tramas corruptas. Mientras tanto algunos de los principales parques eólicos de la provincia de León están paralizados al haberse declarado ilegales por la Justicia por afectar al urogallo, aunque la Junta intenta volver a darles vida con procedimientos administrativos que podrían volver a acabar en los tribunales.

También la apuesta de la Junta por la energía solar acabó con un sonado escándalo, ya que había adjudicaciones de licencias de parque solares otorgadas por responsables de la materia a sociedades en la que ellos mismos o sus familias participaban. La trama solar leonesa acabó con algunas sanciones administrativas a funcionarios pero la de Zamora con condenas de inhabilitación y multas.

La apuesta actual del Gobierno autonómico de Juan Vicente Herrera (PP) es la biomasa, una propuesta en vigor desde principios de 2011 con la aprobación del Plan de la Bioenergía de Castilla y León. Un furor que ha hecho que se planteen proyectos en Ponferrada, Navatejera, Cubillos del Sil, Villablino o Fabero. Los más avanzados son los de redes de calor de Ponferrada y Navatejera y uno de los más polémicos es el de Cubillos del Sil con la oscura empresa Forestalia, este último dedicado a la generación de energía eléctrica. Detrás de estos proyectos hay financiación del Banco Europeo de Inversiones, cuyos créditos a medio y largo plazo servirán para pagar la nueva apuesta energética de la Junta. Hasta el edificio sede de la consejería de Presidencia de la Junta tendrá una caldera de biomasa dentro del impulso a esta energía.

Pero son los macroproyectos de biomasa los que han generado más polémica, con la creación de movimientos vecinales en contra de los proyectos. Colectivos de Navatejera y el Bierzo se han movilizado contra la implantación de estas centrales de biomasa, al considerar que la dimensión de los proyectos trae más perjuicios que beneficios pese a ser una energía renovable. Las emisiones de estas 'térmicas' que quemarán madera y otros subproductos foresteales son uno de los caballos de batalla, ya que apuntan que sus niveles de contaminación no son tan inocuos como se defiende desde la Junta. Además Bierzo Aire Limpio ha mostrado su preocupación por la posible plantación masiva de árboles no autóctonos como el eucalipto para suministrar materia para estos proyectos, que señalan afectaría al medio ambiente del Bierzo.

Somacyl defiende por contra que estos proyectos son “un paso hacia el futuro” y asegura que “para nada son plantas incineradoras” referenciando el uso de estas redes de calor en países del norte de Europa o ciudades como París y Venecia. Sostienen además que los controles de emisiones son “más restrictivos” y mayores por ser grandes calderas, algo que no suele hacerse en pequeñas calderas calefactoras, ya que contarán con “sistemas de filtrado muy superiores”.

Sobre las emisiones la empresa pública recuerda que el balance de CO2 es cero, al compensarse la emisión con la capacidad de absorber las mismas cantidades de CO2 por parte de la biomasa utilizada. Aseguran además que el resto de emisiones están más controladas al ser una instalación grande que en las decenas de calderas pequeñas que se desmantelarán gracias a la red de calor.

Planta de Navatejera

Este proyecto, que ya cuenta con dos demandas judiciales por posibles irregularidades en la venta de las parcelas donde se va a ubicar, está destinado a la creación de una red de calor y agua caliente sanitaria para la ciudad de León y ahora la propia Navatejera. Su actual ubicación es en una parcela entre el Hospital de León y el Hospital de Altollano, vendida por la arruinada Junta Vecinal de Navatejera por apenas 50.000 euros.

Según confirman desde Somacyl este proyecto ya ha presentado toda la documentación necesaria para ejecutar la primera fase, que consiste en la construcción de la planta de biomasa, y de la primera red de calor, que abastecería a Navatejera. El proyecto inicial consta de 2 calderas de 12 MW, ampliables a otras dos de 10 MW cada una, y la inversión supera los ocho millones de euros.

El proyecto presentado no contempla la red de calefacción que discurrirá por la ciudad de León, con hasta 5 rutas calefactoras. Este modo de ejecutar el proyecto genera dudas sobre su legalidad, por la fragmentación del proyecto. El abogado de la asociación Afubiona, Víctor Álvarez, considera que esa fragmentación podría vulnerar la legalidad por la inexistencia de un plan que los aborde todos. Una de las claves para la anulación de parques eólicos en León, que nunca se evaluaron conjuntamente pese a formar parte muchos de ellos del mismo plan.

Su ubicación actual es la tercera del proyecto, ya que inicialmente se proyectó en una parcela del barrio de Eras de Renueva en plena ciudad de León; posteriormente la ubicación iba a ser en el barrio de Cantamilanos aunque ambas propuestas decayeron por Navatejera por la fuerte presión vecinal contra el proyecto.

La red de calor diseñada por Somacyl en León abarca buena parte de la ciudad e inicialmente servirá para abastecer a edificios públicos como el Campus de Vegazana o el Centro del Fuego, el Musac y el Ente Regional de la Energía, así como la delegación provincial de la Junta, el Auditorio Ciudad de León o las instalaciones de la Tesorería General de la Seguridad Social.

El colectivo de vecinos movilizado contra este proyecto, Afubiona, ya han iniciado acciones legales contra la instalación. Aseguran que “los ciudadanos de Navatejera no despreciamos las ganancias que podría suponer la colocación de la incineradora de biomasa” pero ponen en cuestión “el tamaño y ubicación” de la térmica. Hasta han logrado que el Obispado de León apoye sus reivindicaciones, a las que no obstente el Ayuntamiento de Villaquilambre ha hecho caso omiso hasta el momento.

Ponferrada

El proyecto más avanzado en la provincia de León es de Ponferrada, que ya cuenta con licencia provisional del Ayuntamiento de Ponferrada. Somacyl ha sacado ya a licitación la contratación de la construcción del edificio y la gestión del mismo durante los dos primeros años. El importe máximo del contrato es de 4,2 millones de euros. La ubicación de la planta, en la avenida de la Libertad de la capital berciana, ya ha generado polémica por el uso industrial de la misma pese a ser una zona de preferencia residencial.

El proyecto de Ponferrada quiere proporcionar sistema de calefacción a colegios e institutos de la ciudad, centros de salud, el estadio de fútbol y el pabellón de El Toralín o hasta el cuartel de la Guardia Civil y la sede de los Bomberos. Las obras podrían suponer un año entre la construcción de la térmica y la red de calor.

El adjudicatario de la obra deberá construir la planta y realizar el mantenimiento durante dos años, prorrogables otros dos más. Según fuentes de Somacyl esto se debe a garantías de la construcción aunque su intención es que la empresa pública gestione de forma directa estos grandes proyectos de biomasa. En todo caso el aprovisionamiento forestal para combustible sí será gestionado por Somacyl desde el primer momento.

Si quieres acceder al proyecto de red de calor de Ponferrada, único accesible de momento en su web, puedes hacerlo previo pago de 50 euros. La Asociación de Vecinos de Compostilla ya ha anunciado acciones contra la instalación y se opone a la misma.

Otros proyectos en la provincia

Fabero, Villablino o Bembibre son otras de las localidades de la provincia de León en las que Somacyl analiza actualmente la instalación de redes de calor y agua caliente, aunque estos proyectos van más retrasados que los de las dos principales ciudades. Adicionalmente existe un proyecto aún más polémico relacionado con la biomasa, que es su uso para generar energía eléctrica, impulsado por la sociedad Forestalia y con apoyo de Somacyl. Bierzo Aire Limpio ha arremetido contra el proyecto asegurando que se trata de una nueva térmica en una comarca ya castigada por la de Compostilla y con una importante concienciación sobre emisiones por la autorización de quemar residuos a la cementera de Toral de los Vados, anulada inicialmente en los juzgados pero que ha retomado la idea.

Uno de los argumentos usados por Somacyl para la defensa de sus proyectos de biomasa, además de la rebaja de las emisiones a la atmósfera, es el impulso al sector forestal con la construcción de las térmicas, que vincula con la creación de empleo en el entorno rural y el mantenimiento de la población por los aprovechamientos forestales necesarios para su funcionamiento. Las térmicas generarán alrededor de una decena de empleos cada una para su funcionamiento.

Dudas sobre la cantidad de biomasa y su afección a la atmósfera

El impulso a estas térmicas de biomasa necesitan de combustible grandes cantidades de madera o subproductos forestales, que sus promotores aseguran se obtendrán en radios de 100 kilómetros a la redonda merced a la riqueza forestal de la provincia leonesa. Pero las cantidades necesarias son ingentes, sólo la térmica de Navatejera necesitará 48.000 toneladas anuales de biomasa para funcionar cuando estén completas sus tres fases, según el informe elaborado por Somacyl. Los opositores a estos proyectos denuncian que no hay capacidad en León para alimentar tantos proyectos de biomasa industriales, además de las instalaciones empresariales o personales que existan.

Y sobre el uso de la biomasa para compensar las emisiones de CO2 a la atmósfera hay polémica científica reciente. El profesor de la Universidad de Oxford y exasesor del Gobierno británico John Beddington advierte que “la cosecha y la quema de árboles es ineficiente como un sistema para la producción de energía limpia”. El investigador calcula que “las emisiones de carbono aumentarán en un 6% o posiblemente más si se permite que la madera continúe suministrando más y más energía a Europa”. Apuesta por más energía eólica y solar en lugar de tanto impulso a la biomasa.

Desde la empresa pública Somacyl reconocen los problemas que se han encontrado con sus proyectos asegurando que “se está tratando mal la información”, enfatizando que realizan un esfuerzo de comunicación para que los ciudadanos puedan valorar los proyectos. De momento el resultado es la judicialización de los dos principales proyectos de biomasa de la provincia. Una nueva batalla energética ha empezado.

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