La primera vez del Ministro de Fomento Ábalos en León: tú pides y él... sonríe

Los abrazos con las autoridades, y los fotógrafos buscando imagen. Foto: Uribe.

Jesús María López de Uribe | Puente Villarente

El trabajo del periodista tiene momentos 'saraos' como la visita de un ministro para inaugurar cosas. En ellos se suelen reunir todas las fuerzas vivas de la provincia, más aún si el miembro del Consejo de Ministros es nuevo y es el primero en visitar la provincia. Así que en la inauguración del tramo a Santas Martas de la autovía A-66 León-Valladolid estaba todo el mundo.

La lista suele ser larga así que van unos cuantos por aquello que dicen que es el protocolo, de más poder a menos teniendo en cuenta que es un acto Estatal: el nuevo subdelegado del Gobierno, Faustino Sánchez; el consejero de Fomento de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez Quiñones; el presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo; el alcalde de León, Antonio Silván; el senador socialista por León, Graciliano Palomo; el secretario provincial del PSOE, Javier Alfonso Cendón; el ex secretario provincial (y procurador en las Cortes), Tino Rodríguez; dos procuradores socialistas en las Cortes de Valladolid, Óscar Álvarez y Álvaro Lora; alcaldes de la zona, policías, guardias civiles y demás asistentes de los cargos políticos. El refrán siempre dice que tiene que haber un cura, pero este reportero no lo identificó.

El caso es que para la llegada del primer ministro de Pedro Sánchez que mandó a la tierra que tan bien conoce, se juntaron más de cien personas (sí, también hubo prácticamente pleno de periodistas y medios de comunicación) y la cola de coches aparcados en la calzada del nuevo trayecto por autovía era tan grande que no cupieron en la zona reservada para ello.

Y claro, los más ufanos los socialistas. Con Gobierno recién estrenado, pero alguno que otro recordando el viejo adagio político de que “es época de sonreír, pero también de cuidarse, que están muy subiditos los nuestros y ya se sabe: los verdaderos enemigos no suelen ser los que están en la bancada de enfrente”. Sonrisas, alegría y buen rollito entre todos, incluidos los del PP (consejero, presidente de Diputación y alcalde de León, por ejemplo); que es lo habitual en estos 'saraos', no se crean que se llevan mal todo el rato: eso sólo pasa en los plenos, afortunadamente.

El caso es que el ministro llegó como veinte minutos tarde a la hora fijada en un primer momento. Y, mientras, como se ve en la foto, los altos cargos se pusieron en fila esperando el saludo y abrazo del ministro. Que es un ministro, oigan, y por aquí no se ven todos los días. La foto que viste esta información define lo que son momentos como estos, mientras los periodistas nos arrebujamos en diversos corrillos esperando a que llegue la personalidad, los políticos se ponen en fila. Hay que caer bien, no vaya a ser que tengan que pedir algo (y no salgan en la foto).

Tras los consecuentes y afables saludos, estrechamientos de manos y abrazos con sonrisa plena, el centenar de asistentes subieron a dos autobuses preparados por la organización para contemplar cómo es el tramo inaugurado. Bueno, subtramo, porque es desde Puente Villarente a Santas Martas, y que ni siquiera conecta de forma adecuada con la ciudad de León (menudo bacalao hay allí de obras para pasar de la subida del Portillo a la doble vía de forma directa). Pero vamos, que desde el autobús, que seguía a un coche de la Guardia Civil la autovía se veía bonita y nuevecita. Como todas las que se inauguran.

Kilómetros más allá, la comitiva se bajó para escenificar la foto: un monolito de plástico (antaño Cascos lo solía hacer de piedra... pero sin autovía siquiera empezada) en el que se veía el nombre de la autovía y en el que la gente aplaudió a Juan Carlos Suárez Quiñones a un lado y al ministro José Luis Ábalos al otro cuando quitaron la sábana para descubrirlo. Y aquí momentazo propagandístico, para que saliera bien la 'afoto' paseando por la recién estrenada infraestructura, se dieron un garbeo por ella hasta que se oyó por parte de los miembros del Gabinete de Prensa de Fomento: “¿Ya tenéis todos la foto? Pues a los autobuses”. Andarían como mucho doscientos metros palante y otros trescientos 'patrás'.

Vuelta al lugar de concentración para entrar en una carpa situada para la ocasión. El viaje en autobús con gente desconocida más allá de los compañeros periodistas hace que uno se dé cuenta de que no sólo hay políticos, también hay directivos de las empresas que han participado en la obra: se nota cómo llevan los trajes los que trabajan para conseguir el voto y los ingenieros y sus jefazos. Allí todo orgullosos. No es para menos, o sí; porque ahora las constructoras tienen que cobrar el trabajo hecho, que en estos últimos años ha sido todo un desafío porque los Presupuestos Generales del Estado están caninos.

La rueda de prensa comienza con el consejero de Fomento de la Junta. Muy educadamente y con total confianza, sorprende la retahíla inmensa de las obras que pide. Sorpresa en la audiencia periodística: habla de la Autovía A-76 Ponferrada-Orense (reconociendo que no era uno de los proyectos que más se hablan) e incluso se refiere, novedad novedosa, a la Ronda Norte de León (de la que nunca se ha oído hablar en acto oficial, que se sepa) para terminar la circunvalación de la capital.

Los periodistas experimentados en este tipo de inauguraciones de autovías se dan cuenta rápidamente que los cuatro minutos enumerando proyectos para que tome nota el ministro del ramo no suelen ser habituales cuando son del mismo partido. Vamos, que ni a Íñigo de la Serna ni a Ana Pastor les hubiera soltado tanta petición. Aunque, claro, ministro nuevo, y del otro partido... hay que lucirse, que no digan que la Junta no lucha por sus ciudadanos. Por cierto, la mayoría de los proyectos de fuera de León, de esos que los periodistas leoneses no hacemos ningún caso y sólo levantamos la ceja para apuntar cuando se le escucha a Suárez Quiñones que la autovía entre Ponferrada y Orense “es vital para el futuro del Bierzo” y algunos ni siquiera con la Ronda Norte de León, esa gran desconocida que ni plano de intenciones tiene.

El ministro Ábalos es indudablemente majo. Sonriente y educado. Afirma que “siempre es un lujo venir a León” (y uno se pregunta qué relación tendrá con la provincia). No se olvida de los anteriores. Parece que en el Ministerio de Fomento hay un manual para nuevos jefes: vuelve a decir lo que la mayoría de ministros del ramo indica cuando inaugura una obra iniciada por otro partido político, que es trabajo de todos y que la obra pública no es patrimonio de un sólo ministro. En esto cumple bien.

Sabe hablar, cosa que se requiere siempre a los políticos de primera fila (y no todos lo consiguen), incluso se atreve a hacer una especie de chiste sobre el estado de la León-Benavente. “Es que fue bajarme a tomar un café y lo primero que me han dicho: Ministro, la León-Benavente está hecha un desastre, así como que para no haberme dado cuenta” y justo después anuncia que ya han comenzado las obras de reparación del firme de la calzada izquierda de la A-66 reconociendo que está tan, tan mal, que “hasta han tenido que reducir la velocidad” por cuestiones de seguridad.

Pero ay, no todos los periodistas son inexpertos en infraestructuras, y aunque Ábalos intenta dar impresión de que está sobre la solución (incluso también anuncia que se contratarán las obras de la calzada derecha antes de que termine 2018), en realidad está cumpliendo prácticamente los plazos ya marcados por Íñigo de la Serna, el anterior ministro de Fomento del Gobierno saliente de Rajoy. O sea, que puede que tenga intención de agilizarlo, pero la burocracia en este tipo de obras es compleja. Antes de otoño de 2019 que no cuenten con ello en las dos calzadas los conductores (más o menos lo que se calculaba hace unos meses cuando se adjudicaron los primeros arreglos) ; y a ver cómo sale la primera, que esa es otra porque la obra de este año está aprobada con 6,8 millones de gasto y la del que viene se licitara, según el ministro, por unos 11.

Otra de las cosas que pasan cuando llevas cinco semanas al mando del Gabinete de Fomento es que tampoco tienes mucho que decir, más allá de lo que está planificado. En el caso de la León Valladolid, se limitó a relatar lo que había con el PP. Nada más. Que ya están a punto de adjudicarse el proyecto de dos tramos de la provincia pucelana (de Villanubla a Medina de Rioseco, los dos de 27 kilómetros) y aún ni siquiera se han licitado los de Santas Martas a Mayorga y de ésta a Medina de Rioseco; cada uno de los dos más largo que los pucelanos juntos, sumando 64,5 kilómetros en total.

Lo lógico es preguntar al ministro, además de por otros proyectos de los que no ha hecho mención (nada, pero nada de ferrocarriles), qué pasa con aquella promesa de que empezarían los tramos de León a la vez que los de Valladolid. Sí, esa que no se ha cumplido nunca porque siempre Valladolid gana, para ninguna sorpresa de los leoneses ya. Pero claro, hay que comprobar si sigue diciendo lo mismo que todos sus antecesores.

Y aquí es donde llega el momento más nefasto de José Luis Ábalos en León. Primera visita y cuando termina de hablar... “no hay preguntas”, comenta un periodista cuando se pregunta en voz en alta si va a hablar con la Prensa. “Me lo acaban de decir los de comunicación de Fomento; si lo sé, para esto no venimos”. Pues vaya, o sea, que todo esto no es más que un acto de propaganda pura y dura. ¿Movilizar a todos los medios a varios kilómetros de distancia de la capital para ni siquiera hablar con ellos? Es un desplante muy feo. “Jolín, se supone que son socialistas y vaya talante”, comenta socarronamente otro de los de la 'tribu'.

Pero ni cortos ni perezosos, los periodistas seguimos intentándolo. Nos acercamos a Ábalos que se 'escapa' un poco para hacerse la foto con los alcaldes de la zona, se queda hablando con algún que otro cargo, y, al parecer, con algún responsable de una de las constructoras (que le da una tarjeta). Sonríe. Y en ese momento se interpone, de nuevo, un miembro del Gabinete de Comunicación: “Que os hemos dicho que no hay preguntas”. Entre las protestas de los periodistas pasa al final José Luis Ábalos, y sí se le pudo hacer una echándole mucha cara: “¿En serio no va a hablar con nosotros, señor ministro?”.

Quedó sólo una sonrisa por respuesta.

Lo peor es que era la misma que le ponía a todos los que le pedían algo, consejero de Fomento incluido.

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Notas al margen: Nadie en todo el evento indicó una fecha de apertura real de la autovía, se supone que este día 19 ya se podría circular, pero no hay nada seguro; y caray, qué atascazo para salir de allí con los coches. Un día de inauguración de esos 'memorables'; pero no por lo mejor, precisamente.

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