Seis niños de Brañuelas reabren su escuela después de permanecer 15 años cerrada

El aula que estrenan este curso los seis niños del municipio.

astorgaredaccion.com

Las risas y las carreras de los niños jugando en el patio de la colegio han regresado este curso a Brañuelas después de 15 años en silencio. El Ayuntamiento de Villagatón ha realizado el 'más difícil todavía' en este área rural de la comarca de La Cepeda castigada por la despoblación, desde que en la década de 1990 comenzaron a cerrar los pozos mineros, y con grandes dosis de ilusión y de esfuerzo ha logrado reabrir la escuela cerrada a principios de este siglo XXI.

Las aulas de Brañuelas huelen a nuevo. Sus paredes pintadas de verde, los baños adaptados para los más pequeños, las mesas y sillas, el encerado, la mesa y la silla de la maestra, Paola, de la que cuelga un mandilón; los juguetes, el patio con la cancilla pintada..., todo ha recobrado la vida y los primeros sorprendidos son los vecinos del pueblo que a la hora del recreo escuchan los juegos de los niños como no creyéndoselo.

Esta aventura con final feliz comenzó en mayo de 2018 cuando la alcaldesa, ojeando los periódicos, leyó unas declaraciones del consejero de Educación, Fernando Rey, durante una visita a centros rurales de la comarca zamorana de Aliste, en las que defendía la escuela rural porque “es una forma de asentar población allí donde la gente quiere vivir y asegurar el futuro” -aseguraba-, y para ello anunciaba que a partir de este curso 2018-19 flexibilizaría “la regla del cuatro” (es decir con cuatro alumnos no se cierran aulas) para mantener colegios con sólo tres alumnos. Carolina López hizo la cuenta y en su municipio había, al menos, ocho niños.

Primero se reunieron con la Consejería de Educación que les exigió dos condiciones: una, que hubiera un mínimo de seis niños y que sus padres se encargaran de llevarlos al cole (es decir, la Junta no iba a proporcionarles el transporte); y dos, que se abriría el colegio si el edificio estaba adaptado. Y ninguna de las dos fue un obstáculo insalvable.

“Hablamos con los padres”, recuerda la alcaldesa, de los que finalmente se comprometieron seis, cinco de Brañuelas y uno de Requejo, suficientes para ponerse a trabajar en el proyecto. Con la complicidad de todos los concejales del Ayuntamiento, tanto del equipo de gobierno como de la oposición, valoraron la inversión que se necesitaba para volver a dar vida al edificio de las escuelas de la década de los años 1960, muy deteriorado y del que sólo se salvaba el tejado reconstruido en esta legislatura para proteger la estructura de la ruina. La suerte se les puso de cara cuando solicitaron financiación al Plan Provincial de la Diputación y les concedieron 29.000 euros, con otros 6.000 de las inversiones que la Junta y la Diputación destinan al mantenimiento de colegios y 1.500 del Ayuntamiento, la inversión que necesitaban para reabrir la escuela la tenían. Faltaba el dinero para construir la rampa de acceso, pero ahí estaban los jubilados y los prejubilados mineros de la Asociación de Amigos de Brañuelas que no dudaron en ponerse el mono de trabajo para levantarla.

Y con los plazos para abrir la escuela este curso 'pisándoles los talones', lograron llegar a la meta final: el aula de Brañuelas es una más del Colegio Rural Agrupado (CRA) Santa Bárbara de Torre del Bierzo. Los seis niños ya no tienen que acudir al colegio de Sueros de Cepeda al que en cursos anteriores tardaban en llegar 55 minutos, porque eran los primeros en subirse al autobús por las mañanas y los últimos en regresar a sus casas una vez finalizadas las clases, ya que la ruta escolar les llevaba hasta San Feliz de las Lavanderas.

La apertura del colegio es un nuevo hito en la carrera contra la despoblación en este municipio de La Cepeda. Primero fue el proyecto para resinar los pinos de sus montes consiguiendo que casi una veintena de jóvenes apostaran por este aprovechamiento natural en Ucedo, Manzanal, Montealegre y La Silva que tienen el monte mancomunado, también en Valbuena y en Villagatón y Brañuelas. Después llegó la extracción de brezo y a continuación todo el proyecto turístico ligado al tren. Todo ello ha sido aderezado con la dotación de servicios a los vecinos, de los que la escuela, sin duda, es la certificación de que en Villagatón-Brañuelas la batalla por recuperar población no tiene marcha atrás.

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