Plena inclusión en las jornadas de vuelo adaptado de CRE de San Andrés

Carlos S. Campillo / ICAL IV Jornada de Vuelo Adaptado para los usuarios del Centro de Referencia Estatal (CRE) de Discapacidad y Dependencia de San Andrés del Rabanedo

Miriam Badiola/ ICAL

El Centro de Referencia Estatal para la Atención a Personas con Grave Discapacidad y para la Promoción de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia de San Andrés del Rabanedo (León) celebró este martes su IV Jornada de Vuelo Adaptado en la que participaron 40 usuarios del centro en una jornada que la delegada del Gobierno en Castilla y León calificó “de plena inclusión”.

La delegada del Gobierno en Castilla y León, Mercedes Martín Juárez, quiso apoyar “con plena convicción y entusiasmo” una actividad “tan encomiable” como es la IV Jornada de Vuelo Adaptado, por la que quiso felicitar al Centro de Referencia Estatal para la Atención a Personas con Grave Discapacidad y para la Promoción de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia de San Andrés del Rabanedo (León).

Una actividad en al que “aunque sea por un día”, permite “la plena inclusión y la colaboración entre todos para reforzar la posibilidad de vivir una experiencia de vuelo para las personas en situación de discapacidad” en un día “muy intenso y con muchas emociones para todos”, lo que demuestra “una vez más” la “implicación extraordinaria y fundamental” del Centro en “atención, cuidados y promoción de las personas con discapacidad” y “dando un paso más con actividades investigadoras e innovadoras”.

La directora gerente del CRE de San Andrés, María Teresa Gutiérrez, explicó que se trata de la cuarta jornada de vuelo adaptado que se organiza, “gracias a la colaboración de la Fundación Cielos de León, la Fundación Sillas Voladoras y la Academia Básica del Aire”, así como en esta ocasión de la Asociación Moteros Solidarios de León, que este año ofrecieron también una actividad de mototerapia con la que dieron una vuelta en moto por las instalaciones de la Base Aérea a los usuarios.

María Teresa Gutiérrez explicó que todos los participantes de este año, en total una cuarentena, vivían la experiencia por primera vez en su vida, lo que les permitió sentir “una sensación de libertad” porque “saben que no tienen una silla de ruedas ni la necesitan para volar”.

La presidenta de la Fundación Sillas Voladoras, Elizabeth Heilmeyer, apuntó que una de las avionetas utilizadas en esta jornada pertenece a la Fundación Cielos de León, mientras que el otro procedía de Valladolid, concretamente del Aeródromo de Matilla, “como ayuda para que se puedan realizar todos los vuelos programados”.

“Para quienes no nos podemos mover con la misma facilidad que antes o personas que tienen una discapacidad desde que nacieron, poder volar es una sensación que te implica una libertad impresionante”, puso de relieve Elizabeth Heilmeyer, quien recordó que ella tenía licencia de vuelo pero tuvo un accidente que le hizo perderla y peleó para recuperarla porque “si antes para mí volar era lúdico ahora es cien por cien terapéutico”.

Heilmeyer enfatizó que las caras de felicidad que se pueden ver en los usuarios del CRE tras el vuelo “es increíble”, así como sus testimonios, “que han sido de verdad muy gratificantes y compensa cualquier esfuerzo que pueda suponer utilizarlo”.

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