El acuerdo de libre comercio con Mercosur pone en peligro al sector agrario de León

El sector ganadero leonés podrá verse afectado por el acuerdo con Mercosur. Foto: Pablo Requejo (ICAL).

Jesús María López de Uribe

Cincuenta años de un terrible esfuerzo reconversor y de modernización del campo leonés se pueden ir al traste con el acuerdo de libre comercio con Mercosur con la Unión Europea, firmado el pasado 28 de junio. Un acuerdo con una zona de 280 millones de habitantes que facilita ciertas exportaciones a cambio de dar paso sin aranceles a otros productos.

Y precisamente los agrícolas están en el punto de mira de los sindicatos agrarios, que en León aseguran que pueden perjudicar notablemente a las legumbres como las alubias, el sector ganadero de carne y el remolachero azucarero, que son tres de los puntales de la producción primaria en la provincia.

Un ejemplo de ello es el cultivo de la alubia, de la que las tierras de labor leonesas acaparan las dos terceras partes de la producción española (12.000 toneladas de 18.000 al año) en 4.183 hectáreas. Además, esta leguminosa fue la causante de que la industria alimentaria de envasado de legumbres española siguiera en León —en la actualidad con Seprolesa y El Hostal y antaño con Elosúa— porque antes de la entrada en la Unión Europea se plantaban 20.000 hectáreas y las fábricas se quedaron aquí.

Pese a que la plantación llegó a caer a poco más de mil hectáreas al tener que cumplir los estándares de la Unión Europea y considerar los agricultores que otros cultivos como el maíz daban más rendimiento, el cambio de la política de la PAC que obliga a plantar varios cultivos volvió a dar impulso a la alubia en las tierras leonesas. Sin embargo, la previsible entrada de leguminosas desde América del Sur sin aranceles, control alguno y sin cumplir las normativas europeas hará imposible a los agricultores competir en precio.

Entrada sin control de transgénicos

No es algo nuevo, “ya que los almacenistas importan ahora mismo gran parte de lo que envasan con un arancel bajo, pero es un ejemplo de lo que nos puede pasar si dejamos que entren productos que no cumplan las exigentes normativas europeas”, explica el secretario general de Asaja, José Antonio Turrado.

“Aquí la cuestión es que, sin estar en contra del mercado libre, lo que no puede ser es que entren sin control productos transgénicos, que Europa decidió prohibir con mayor o menor fortuna, pero que no podemos usar aquí aunque abaraten los costes; o de explotaciones que no cumplen con los derechos de los trabajadores o que no tienen los controles de calidad que nos exigen a nosotros”.

“No estamos en contra siempre que las leguminosas que entren cumplan las mismas normas que nos obligan a nosotros; es decir, evitar competencia desleal que nos eche del mercado despoblando el campo y dejándonos sin un sector como el primario que es vital para cualquier país”, manifestó.

Asaja afirma que los bajos precios de países terceros, entre ellos los de Mercosur, son los que han tirado por tierra la producción de legumbres en España, porque los aranceles eran ya bajos “más que en otros productos” y las industrias envasadoras ya llevan tiempo aprovechándose de ello, pero este trato puede empeorarlo aún más.

“El acuerdo con Mercosur va a poner la puntilla a una producción de alubias y el resto de legumbres que sobrevive con dificultad en un mercado prácticamente libre donde no se aplican principios de reciprocidad”, explicaban la semana pasada en una nota de prensa.

“No se puede destruir el tejido social del campo”

La organización agraria indica que no está en contra del libre comercio —el acuerdo con Mercosur sí beneficia al vino y a los quesos españoles, pero perjudica a muchos productos agrarios más— pero “exige que se rijan por normas comunes en aspectos relacionados con la producción, así como respecto a las cargas impositivas y los aspectos sociolaborales”.

“No puede ser que un acuerdo europeo facilite a los almacenistas conseguir más beneficios y destruya el tejido social del campo español porque nuestros agricultores no puedan competir por cumplir las normas que nos hemos dado los propios europeos”, apunta Turrado.

“En la situación actual, estos acuerdos son perjudiciales para el sector primario, y buen ejemplo de ello es lo que ha pasado con el mercado de las alubias en los 33 años de prácticamente libre comercio mundial”, afirman mientras indican que hay que tomar nota de lo ocurrido para que no pase en otros sectores del campo leonés y español.

Negro futuro para el sector ganadero

Por otra parte, el secretario general de Ugal-Upa, Matías Llorente, lo ve mucho más negro todavía. “A nosotros se nos ha exigido una reconversión brutal y ahora todo lo que venga de fuera será como lo hacíamos nosotros hace cincuenta años. Va a venir una importación masiva de productos que va a perjudicar mucho a nuestros sectores de carne de vacuno y sobre todo a los de pavo y pollo”, vaticina.

“Una de las cosas que los gobiernos tienen claro es que les interesa tener productos baratos para la gente, pero resulta que hay una cosa en la que la humanidad no puede quedarse sin ella y ésta es la comida. Así que están trabajando en cargarse el sector primario europeo para hacer negocio importando mierda de otros sitios sin que les importe que está prohibido”. Llorente se queja de que en el sector cárnico, sobre todo en el pavo y el pollo, “entrarán productos que no tendrán garantizada la calidad alimentaria que exigen los europeos, por eso consiguen costes bajos, y tal y como está acordado es bastante difícil que se entere el consumidor de qué está comiendo”.

La Unión Europea establece unas rigurosísimas medidas que han prohibido la cría de animales con antibióticos u hormonas y que requieren unas condiciones de bienestar animal “que no se dan en países como Brasil, por no hablar de las condiciones de los trabajadores de esas explotaciones, hombres y mujeres”, pone en evidencia el líder de la Unión de Ganaderos y Agricultores de León.

“No podemos competir con eso, nos exigen unos niveles de calidad que encarecen los productos, y la importación sin control desde Mercosur es un problema grave, serio, que tendrá repercusión en todos los sistemas productivos. Poco a poco nos comerán el mercado, puede ser un golpe de gran calibre”, critica.

“Las marcas de calidad no evitarán el desastre si el Parlamento Europeo aprueba el acuerdo”

Los dos sindicalistas agrarios coinciden en que las marcas de calidad, que las administraciones venden como la panacea para competir con los productos más baratos, no van a servir de mucho para competir con productos de baja calidad y baratos como los que entrarían con el acuerdo en Mercosur.

Preguntado por la Alubia de La Bañeza, José Antonio Turrado, reconoce que “son muy pocas hectáreas, unas trescientas de las cuatro mil que hay; porque a los almacenistas no les interesa promocionarlas”. El sector de la alubia cultivado en León mueve unos doce millones de euros, pero el producto que se envasa supone varias veces esa cantidad porque la importación ya es muy alta. “Si tenemos en cuenta que menos del diez por ciento de lo que se cultiva en León se dedica al mercado de marcas de calidad, vemos el problema que hay; no interesa a la industria porque consigue menos beneficio”, asume el secretario general de Asaja.

Respecto al sector cárnico, Matías Llorente pone el dedo en la llaga: “¿Pero alguien cree que si entran productos a un euro el kilo la sociedad actual va a comprar a dos y medio porque tenga una marca de calidad? Las marcas de calidad caerán en picado en esas condiciones”. “La única solución es que se traten a los productos de igual manera, que lo que se importe cumpla las mismas normativas que lo que se produce aquí”, exige.

Dar la batalla en Bruselas antes de 2021

“Aquí hay que tener clara una cosa, que hay que lucharlo en el Parlamento Europeo que es el que tiene que aprobarlo definitivamente, y tenemos de plazo hasta 2020 o 2021, no queda otra”, expone Matías Llorente. “Vamos a dar la batalla, que eso no lo dude nadie, nos jugamos mucho y no sólo los agricultores sino los consumidores”.

“Tanto hablar tanto hablar de productos de cercanía y de economía circular y van a dejar que la carne que consumamos se produzca a miles y miles de kilómetros. ¿Pero cuántos gases invernadero se van a producir en la atmósfera para que lleguen aquí? Tenemos que parar esto como sea, y concienciar a la Sociedad, porque si se aprueban definitivamente las importaciones de productos agrícolas y ganaderos en el Parlamento Europeo en poco tiempo viviremos en un mundo totalmente diferente, sin campo en Europa”.

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