Autonomía de León: ¿Vamos por partes?

El debate sobre la autonomía de León tiene múltiples facetas, entre el 'León Solo' y la triprovincial.

David Díez Llamas

Entre los que defendemos la creación de una autonomía leonesa no existe la división (que algunos pretenden establecer) entre los defensores de una autonomía compuesta por las provincias de León, Zamora y Salamanca respecto de otros que apostarían por una autonomía uniprovincial de León.

En esa línea resulta poco comprensible que se presente la agrupación de Iniciativa Autonómica Leonesa como una apuesta por la autonomía uniprovincial de León. En la portada de lo que es su documento aparece un mapa de las tres provincias. Sin embargo considero que lo que se ha trasladado a la opinión pública es que en el mismo se defiende una autonomía uniprovincial.

En mi opinión la división existente podría ser entre los que apuestan por “el todo o nada” o aquellos otros que creen mejor la opción “el ir por partes”. Las diferencias serían más en lo que son las estrategias a seguir que en lo que pudieran ser los objetivos finales. Para unos sólo sería admisible una autonomía de las tres provincias leonesas, otros sin embargo piensan que es mejor “empezar por algo” como el camino más adecuado para llegar a ese mismo fin.

Es una evidencia que los ritmos de demanda de una autonomía leonesa son muy distintos en la provincia de León que en Zamora o en Salamanca. Bastaría ver la gran diferencia entre las mociones “pro autonomía leonesa” aprobadas en la provincia de León respecto a las que han seguido ese mismo camino en Zamora y Salamanca.

La autonomía leonesa no cabe establecerla como imposición a nadie, no se puede replicar el modelo que rechazamos en lo que ha sido la creación de la autonomía de Castilla y León. Tampoco cabe el que se corten las aspiraciones a lograr una autonomía leonesa por cuanto no se ha logrado suficiente adhesión en una parte del territorio de la Región.

El lograr una parte del objetivo podría ser eficaz para estimular el deseo de adherirse a ese proceso en el resto de las provincias leonesas. Facilitaría algo tan importante como el demostrar que es posible el alcanzar esta meta. El contar con un a poyo institucional puede ser muy importante. Ahora el dinero público se está empleando, desde la Junta, para anular la identidad leonesa y “fabricar una identidad de Castilla y León” (como incluso reconoce el Ayuntamiento de Valladolid). Habría que demostrar que esa autonomía funciona y hacer deseable el poder incorporarse a ella.

La Región Leonesa, la perjudicada

Además de la propia historia, hay signos claros de que la Autonomía de Castilla y León ha perjudicado a las tres provincias leonesas. Un claro ejemplo sería la evolución de la demografía. Entre 1983 y el 2020 la Región Leonesa perdió en el conjunto de Castilla y León un -3,11% (que es el que gana Castilla). Las provincias con peor saldo vegetativo (diferencia entre fallecimientos y nacimientos) son precisamente las tres leonesas. Así en la provincia de León en el 2019 hay 3.782 más defunciones que nacimientos lo que supone un -0,82% del total de su población. En el caso de Zamora su saldo es de -1.808 que es un -1,08% de su población y en el de Salamanca -2.112 que es un -0,64%.

En esta misma línea podemos decir que mientras al inicio del proceso autonómico (1983) la Región Leonesa suponía el 2,94% de la población de España y el 43,2% de la autonomía de Castilla y León, en el 2020 esas cifras han pasado a ser del 2,03% de España y un 40,1% de la autonomía de Castilla y León. El saldo vegetativo negativo de la Región Leonesa es 6,75 veces superior al que se da en España.

Han pasado suficientes años como para demostrar que este marco autonómico es lesivo para el bienestar del conjunto de la ciudadanía leonesa. Habría que dar una oportunidad al cambio. Si desde el embrión de una autonomía uniprovincial se consiguiese cambiar esta tendencia ello podría estimular que Zamora y Salamanca deseasen incorporarse a ese nuevo marco autonómico.

En todo caso hay que dejar muy claro que el aceptar una autonomía uniprovincial de León no supone en ningún caso el dejar de lado a Zamora y Salamanca. Que es una etapa y no un final de la reivindicación leonesa.

Soy de los que piensan que es mejor “ir por partes” que el apostar por el “todo o nada”. Nos puede aportar más instrumentos para conseguir el objetivo siempre y cuando haya siempre una mano tendida al resto de provincias y además se consiga un buen funcionamiento del nuevo marco autonómico. En ese sentido creo “mejor empezar que ”esperar“. Es claro que la evolución económica, demográfica y cultural nos está llevando al declive en el que estamos. Por todo ello creo mejor el ”algo que seguir en la nada“.

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