El valor de la libertad en León

La aprobación en el pleno de Riaño, por unanimidad, de la moción por la autonomía Leonesa.

David Díez Llamas

Un rasgo que viene a caracterizar la personalidad leonesa es el alto valor que se da al concepto libertad. Diríamos que el leonés gusta de gozar de su libre albedrío y es poco proclive al sometimiento a una norma determinada, especialmente a aquellas que le afectan sin haber participado en la decisión de crear dicha norma.

No es casualidad que encontremos a grandes figuras del anarquismo entre los leoneses como son Durruti, Ángel Pestaña o Abad de Santillán. Pero es que en otras vertientes ideológicas como es el liberalismo también encontramos a nombres ilustres de la política leonesa como son Díaz Caneja, Pío Gullón, Fernando Merino o Gumersindo Azcárate entre otros. Desde perspectivas diferentes todos ellos tienen en común la defensa de libertad del individuo frente a un medio social que busca la regulación de esas libertades individuales.

El premio nacional de poesía Juan Carlos Mestre hacía referencia a esa forma de pensar y sentir cuando afirmaba “me dirijo a los que se niegan a obedecer y dicen soy libre. Desobedecer es la consigna”. Sin embargo el leonés compagina ese espíritu libre con un aire muy contenido en sus formas de expresión. Diríamos que es una libertad que se expresa más desde el ámbito individual que social. Es por ello que pierde gran parte de su condición revolucionaria. El no sometimiento a la norma se vivencia podríamos decir que en solitario sin buscar asociación con otros.

En esa vivencia de los derechos y libertades también hay una parte importante de individualismo. Se deja ver en la dificultad de los leoneses de establecer agrupaciones sociales que sean perdurables en el tiempo. Se puede constatar esa circunstancia ya sea en agrupaciones políticas, culturales o económicas.

Ese valor de la libertad en la cultura leonesa también se deja ver en los diferentes ámbitos de la cultura tradicional. Es el eterno debate entre foro u oferta que año tras año podemos contemplar en las ceremonias como “las cabezadas”. En ellas la representación leonesa acude a hacer entrega de unas determinadas ofrendas desde la libertad de hacerlo como una decisión libre (como oferta) mientras la representación eclesiástica demanda que lo hace como una obligación (como foro).

También sería un ejemplo de la esa la defensa de las libertades el que se representa en la rebelión frente al Tributo de las Cien Doncellas que se representa en la conocida como la fiesta de Las Cantaderas. Allí se celebra el fin de un tributo vergonzoso en el que los leoneses debían entregar cien doncellas al califa cordobés.

Pocos siervos en tierras leonesas

La personalidad de un pueblo se va conformando a lo largo de la historia. No es algo que surge de la nada en un momento dado. Así no es casualidad que cuando Sánchez Albornoz escribe sobre la libertad humana lo hace refiriéndose al Reino Astur-Leonés. Así en dicha obra dice textualmente “mientras en las tierras asturianas y galaicas es posible documentar numerosos siervos e incluso abundaron en tierras portuguesas...en la zona leonesa hallamos muy pocos testimonios de población servil” .

Hay una importante tradición legislativa leonesa asociada a la institución de las Cortes, al parlamentarismo. El leonés se siente orgulloso de que su tierra sea la cuna del parlamentarismo en las Cortes Leonesas de 1188, pero es que hay un hecho claro y es que cuando el Reino de León mantiene su pujanza entre los Reinos de España, la acompaña la de la propia institución de las Cortes.

Cuando se sustituye esa hegemonía leonesa por la de Castilla se produce un progresivo decaimiento de las Cortes como institución. Así mantenemos que las cortes leonesas no desaparecen tanto como fusión de identidades con Castilla, como algunos nos han pretendido hacer creer, como por la falta de vigor de la propia institución de las Cortes y el aumento de las cuotas de poder centralizado.

La defensa de las libertades nació en León

Este concepto de la defensa de las libertades se extiende al conjunto de la personalidad y lo podemos observar en el ámbito de las conductas sexuales. Así entre las costumbres leonesas encontramos la conocida como ceiba que consistía en la cohabitación prematrimonial .

Es seguro que a muchos pueda sorprender que el Instituto de Sanidad de Los Ángeles situé como precursor del preservativo al condón maragato realizado con lana merina o con tripa de cabrito. Laureano Rubio lo atribuye más bien a la gente de la Somoza más que a los propios maragatos.

El filandón (seranos en La Cabrera) en el que hombres y mujeres se reunían a la luz del fuego combinando la actividad de hilar con otras vinculadas al mundo del ocio y la transmisión de costumbres. El que en ellas podemos encontrar reflejos de esa personalidad que busca una libertad fuera de las normas reguladoras la podemos ver en como estos filandones eran duramente criticados por algunos curas y obispos que los consideraban como “conciliábulos de la murmuración y el pecado”.

El concepto de libertad también se aplica a la propiedad de un determinado terreno. En su obra “El derecho consuetudinario leonés” Elías López Morán nos explicaba el concepto leonés de “derrota”diciendo: “En León la palabra derrota significa lo contrario de acotamiento; éste se refiere a la prohibición de pastar y aquella a su libertad. Se dice que un pago o un terreno común está coto o está derroto, según los ganados puedan o no entrar en él a aprovechar sus hierbas. La disyuntiva no cabe respecto a las fincas cercadas, puesto que estas están siempre acotadas”. Una vez más tenemos la “norma” frente a “las voluntades” de la ciudadanía. Y una vez más surge la rebelión leonesa reafirmando que las voluntades libres de los ciudadanos son un valor superior a lo que pueda decir una determinada norma. Esa es la expresión de Elías López cuando afirma desde su rebeldía: “¿Es que por medio de una Real Orden se pueden de tal manera poner limitaciones a la libertad de contratación y al ejercicio de los derechos que nacen de la propiedad? ¿Es que el dueño no puede disponer libremente de lo que le pertenece?

Sentimiento entre liberal y libertario

Ese sentimiento entre liberal y libertario es un rasgo importante de la personalidad leonesa. Se refleja en el derecho consuetudinario leonés en el que se prima la libertad del individuo siempre y cuando no lo sea en oposición a los derechos de la colectividad. El leonés viene a decir que si algo afecta a unas determinadas personas, son esas personas las que deben establecer las normas de actuación y no someterse a dictámenes que le son ajenos a todas ellas. Ello explica ese espíritu de rebelión frente a esa Real Orden de 1853.

En esa misma perspectiva tenemos que es un rasgo de nuestra historia la presencia de lugares y villas con jurisdicción propia. Es una forma de autogestión en que como nos dice Laureano M. Rubio: “Pese a su dependencia jurisdiccional realenga o señorial el concejo general de vecinos siguió desempeñando un papel importante en la gestión y nombramiento de los gobiernos locales”.

Los concejos leoneses

Podemos decir que sigue siendo importante en los pueblos leoneses el papel de los concejos en los que las personas allí reunidas deciden sobre los asuntos que les atañen sin mediar en ello otra cosa que la expresión de sus voluntades libremente acordadas. En muchos municipios las propiedades y la importancia de las juntas vecinales es claramente superior a la de los propios municipios.

En el propio origen de León, en tanto Legio, podríamos encontrar también algunas claves de la explicación de su personalidad. Así hay que tener en cuenta que “los soldados legionarios, no eran mercenarios, cosa habitual en los ejércitos a los que tuvo que enfrentarse, sino ciudadanos. Desde el principio el ejército romano fue un ejército cívico. Ser llamado a filas era un derecho de un ciudadano (como votar a ser candidato a los cargos públicos)”.

Podría decirse que esa condición de hombre libre, de ciudadano vendrá a caracterizar el devenir de los leoneses a lo largo de su historia.

👉 Lea la segunda parte

___David Díez Llamas es sociólogo y escritor que ha ahondado en la personalidad leonesa en varias publicaciones que compendió en un sólo volumen que se puede comprar aquí.

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