'El sainete de los estúpidos'

Mina Nueva Julia en el 2009

Luis Álvarez Pérez

He leído estos días con atención las noticias referidas a la vista oral del juicio a los responsables de la explotación de carbón a cielo abierto llamada Nueva Julia sobre 405 hectáreas del territorio del municipio de Cabrillanes. Colindante éste con el de Villablino, en cuyo suelo se explotaron sin autorización algo más de 19 hectáreas.

La razón de mi atención se debe a que yo fui uno de los miembros de Filón Verde, que presentaron las denuncias a la Junta de Castilla y León, a los Ayuntamientos de Cabrillanes y Villablino, a la Fiscalía de Área de Ponferrada, a la Confederación Hidrográfica del Duero, al Ministerio de Industria y a la Comisión Europea, por los incumplimientos legales de la explotación.

Motivo por el que he seguido el discurrir de los acontecimientos en la explotación con asiduidad desde que se inició en 2006 hasta su clausura en 2013 y creo tener elementos suficientes para poder opinar sobre el asunto.

Reconozco que los magistrados, fiscales y demás gente que participa en esas vistas orales están hechos de una pasta especial, para aguantar sin reírse a carcajadas hasta llegar al dolor de barriga, todo ese 'Sainete de los estúpidos' en dos actos (días), en el que según las crónicas periodísticas fueron las declaraciones de los acusados y testigos de la defensa.

A la falta de memoria han encadenado una sarta de memeces, los declarantes, difíciles de soportar por cualquier intelecto, que no sea el de esas personas que ha mencionado antes y creo que fieles seguidores de las teorías estoicas del pensamiento.

Voy a apuntar solo algunos hechos relevantes a una narración, que se haría interminable si pretendiésemos hacerla exhaustiva. “No se acuerdan de nada, no sabían de hechos ilegales, son hechos irrelevantes e insignificantes, no tomaban decisiones” declararon sobre los aspectos referidos a la explotación.

Es chocante que con ese desconocimiento e ignorancia supina en el que se declaran sumidos hayan logrado la brillantez académica suficiente para obtener sus sendos títulos de ingeniera de minas, no al alcance de cualquiera. Porque no pretenderán que dudemos de la honestidad y limpieza de sus expedientes académicos.

El señor Victorino Alonso gracias a su vaciada memoria declara, que además de no saber nada, dejó su cargo en CMC como administrador único en 2009 (BORME del 23/09/2009) porque “ya estaba cansado de todo aquello”. El cansancio le duró poco, o quizá fue que se le olvidó que “ya estaba cansado”, porque apenas dos meses después aceptó el nombramiento como apoderado de la misma empresa (BORME de 06/11/2009).

Como curiosidades puedo recordarle, que en abril del mismo año asumió el cargo de administrador único de la empresa Universal Beximport, principal accionista de Coto Minero Cantábrico (CMC) y Unión Minera del Sil (Uminsa), de hecho, fue la empresa que lanzó la OPA sobre Hullas del Coto Cortés (HCC). Y su cansancio era tal que siguió al frente de Carbunión hasta diciembre de 2012, porque se le debió olvidar dimitir de ese cargo. Por aquel entonces ocupaba el cargo de administrador único de al menos otras 15 empresas, tengo la lista a disposición de quien tenga curiosidad en saberlas.

Lo que si se le olvidó fue explicar la causa verdadera de su renuncia en CMC. Y esta fue que al ser persona con sentencias firmes por problemas fiscales de alguna de sus empresas, estaba inhabilitando para recibir subvenciones, como se recoge en la sentencia.

Y siguió gestionado el grupo empresarial en la sombra, como se desprende de su intervención como maestro de ceremonias en la inauguración el 23 de noviembre de 2009 del túnel de acceso a nuevos yacimientos en Cerredo (Asturias). Donde muy ufano, orgulloso y prepotente lanzó desde la tribuna un reto a los gobiernos del Principado y de la Junta de Castilla y León, frente al consejero de Industria de Asturias, Graciano Torre que asistía al acto; exigiendo nuevas autorizaciones de cielos abiertos, porque si no “tendremos que hacerlas a las bravas y pagar las multas, aunque preferimos no pagarlas” (Diario de León y La Nueva España de 24/11/2009).

“A la brava” es una locución adverbial, que según el diccionario de la RAE significa: “por la fuerza, sin consideraciones ni miramientos”. Haciendo un ejercicio de nuevo Duque de Alba al frente de sus tercios “en los Países Altos”, dejando en la memoria colectiva su imagen ligada al demonio o el coco, con la que las madres asustarán en el futuro a sus hijos remolones. ¡Y dice que no se acuerda!

Me imagino que, en la vista oral del lunes y martes pasados, habrá adoptado una postura gestual y hablada más acorde a los preceptos de Ignacio de Loyola en sus “reglas de la modestia” para la orden de la Compañía de Jesús dictadas el 1555 y no la altivez de Cerredo.

Como punto final, para no extender en exceso el alegato, solo señalar una intervención del testigo de la defensa, voy a omitir su nombre por decoro. Que ostentando el cargo de secretario de El Villar de Santiago instó a la empresa a cometer un delito ocupando terrenos vedados a la explotación en territorio de su pueblo. Brillante aportación, autoinculpándose como inductor y por tanto coautor del delito de ocupación ilegal, supongo que no habrá aportado más pruebas que su propia palabra y no escritos. No cabría en este caso, que la Fiscalía abriese diligencias por su participación confesa en los ilícitos denunciados.

Para ser sindicalista, tenía buena relación personal con el señor Alonso al que le pedía un favor, y este de inmediato accedía en un gesto de generosidad y desprendimiento ´de los que casi nunca dejó constancia en su larga biografía pública. Ejemplos sobrados dejó de su “generosidad”: las indemnizaciones a las familias de los dos fallecidos en el accidente de Antracitas de Busdongo (6/05/1988), sus cuatro declaraciones judiciales de insolvencia para no pagar las pensiones compensatorias y alimenticias a su exesposa y las dos hijas habidas en ese matrimonio, el fraude de carbones a Fenosa, su desprendida actitud con el Ayuntamiento de Villablino, al que consiguió con la connivencia municipal (no se personó en la causa) reducirle judicialmente una multa de algo más de 100 millones de euros a unos simples 800.000 euros. La lista es mucho más extensa, pero lo dejamos aquí para no cansar.

Ahora el papelón lo tienen los magistrados que deberán dar crédito a los hechos probados o dejarse enredar por la lista de desvaríos escuchados en este 'Sainete de los estúpidos', en que se ha convertido la vista oral.

*Luis Álvarez ha sido minero y miembro de Filón Verde, además de colaborador de ILEÓN en la comarca de Laciana.

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