Calviño apoya, León sufre

Nadia Calviño, ministra de Economía y Transformación Digital.

Máximo Soto Calvo

Hablo hoy del León provincial, ése que, lentamente, dentro de largos años de decadencia a manos del ente autonómico, y propiciado por la morbosa pasividad de demasiados leoneses, va cediendo personalidad histórica y capacidad socioeconómica en un zozobrante camino al que desmayadamente parece que nos vamos acostumbrando. Nuestra forzosa permanencia comunitaria, en algunos, puede que en los más, toma características similares al síndrome de Estocolmo. ¡Y ya les vale!

No menos desquiciante es el pasotismo popular que de forma hiriente contribuye a aumentarnos la tasa contagiosa o creciente morbilidad en ella. Y ya toma visos de insufrible el colaboracionismos que se desarrolla de forma especial en 'nuestros' políticos, cancerberos a sueldo que nos impiden la salida. Lo grave es que la llave –¡El voto!– se nos olvida –¡Craso error!– que la tenemos nosotros, el pueblo, cual piedra en la que tropezamos una y otra vez, por lo que habrá que hablar de masoquismo comunitario leonés.

El ente autonómico no da, quita

El ente autonómico no es sólo que no nos dé, es que nos quita, por supuesto de todo, pero hoy toca hablar de empresas, apoyos y oportunidades. Alguien dijo que León podía ser cuna de la Ciberseguridad europea. El término cuna, aunque parezca nimia la interpretación, ya me causó cierto recelo. Pues la experiencia y desarrollo de 'Cuna del Parlamentarismo', nos dice que si no lo defendemos el pueblo leonés de hoy, hay quienes desde el ente autonómico se empeñan en dejarlo en una data, no sin palmeros mal votados que lo apoyan.

Previo a la elección de capital europea de Ciberseguridad, a la que León optaba, el ente autonómico, ante la candidatura leonesa ya elaborada, dijo sumarse prioritariamente. Palabras hueras.

Quiero dejar claro que no me mueve animosidad alguna contra la ministra Calviño, a la que citaré a continuación, pues se trata de mostrar lo que arrastramos los leoneses. Nos la presentaron, en 2020, defendiendo en un corto vídeo la candidatura de León (y cuidado que sonaba agradable al oído leonés escucharlo) para la candidatura capitalidad europea de Ciberseguridad. Se expresaba en inglés fluido, lo que no podía llevar a pensar que estaba su buena dicción en concordancia con lo que se podía conseguir, cuando la cuestión estaba en la calidad de dossier elaborado y en la de los apoyos externos buscados. En los medios añadió que sería muy difícil conseguirlo (flojo dosier y escasos apoyos, pensamos) así estrechaba expectativas e ilusiones. Lo sé, agua pasada no mueve molino, pero duele la amarga ausencia de empuje leonés, y cómo nos dejamos manejar. ¡Nos llueve sobre mojado! Y lo peor... ¿Nos ha valido de algo?

Calviño, a toro pasado, (o digamos a 'León' pasado, animal y símbolo atrapados en una alcantarilla que hemos de sufrir en Legio) cuando el rabo ya ni espanta las moscas, vino a León en 2021 para decirnos que el Gobierno tiene un fuerte compromiso con León, y de paso pone en valor al Incibe como “futuro polo de empresas en el ámbito de la ciberseguridad”. Y habló de un plan de choque que suena a contrasentido, para sacarnos del estado shock que nos obnubila. Eso sí: mediante píldoras verbales.

El doloroso olvido de León

Y hasta hemos de agradecérselo pues el olvido de León es doloroso; en la distancia no nos ven y cuando se aproximan, nosotros, el pueblo, no vemos al actor o mensajero, y los políticos de aquí acompañan y callan. Dejó caer, más o menos: León forma parte de un territorio deprimido al que hay que apoyar... sine die. ¡Gratuito consuelo! Repercusión: mayor insensibilidad popular. Y no va de mano política al mando, es generalizada práctica.

Y aquí un inciso, a qué León aluden, es bueno preguntarse. ¿Citan al que vegeta despersonalizado en una indeseada autonomía? ¿Al regional que tan sólo está aparentemente activo sobre el papel cultural que bienintencionadas Asociaciones tratan de dar carácter triprovincial e intentan compartir? ¿O al subsumido en el ente autonómico, cuyos restos, León provincia, aún flotan cual salvavidas? Estas preguntas no van escritas al albur. Cuanto más tardemos en contestarlas, comprender el daño de dejarlas pasar, más nos acompasamos al olvido. ¡Y sin reaccionar defensivamente la anulación está a un paso!.

Nadia Calviño, sonriente y tratando de agradar, en la distancia, en otro vídeo, dice ayer que apoya el Museo de Botines a Mejor Museo Europeo de 2022. No aporta, al menos donde yo he podido escuchar o leer, nada respecto a cómo o de qué manera.

La pérdida del 'dominio' leonés

Conviene dejar aquí constancia, no sólo para consumo propio, que la Casa Botines sigue en Legio, por demasiado pesada para llevársela a Valladolid, pero el control y la posesión que es su día tuvo La Caja y Monte de Piedad de León, luego CajaLeón, más tarde Caja España (nombre aséptico a más no poder, con menguado poder del León, para que el ente autonómico jugara a ser grande) más las fusiones posteriores, se lo llevaron otros entre manejos políticos y deudas.

Fuimos perdiendo dominio leonés ante el centralismo autonómico, lo que junto a una mala administración y manejo político de aquí y de allá, abocaron a nuestra Caja casi a la hecatombe que bien aprovechó Unicaja. Ésa del pay-pay verde que llegó a creerse dueña también del patrimonio cultural, de la Casa y de la Fundación MonteLeón. Y en litigio están.

La Casa Botines ya está en plan Museo. Fundos, Fundación Obra Social de Castilla y León, creación político asesora autonómica, es la encargada de decirnos cómo y de qué manera se ha de manejar lo que era patrimonio leonés desde Monte de Piedad y MonteLeón con MonteCYL por medio. Nos deja el asentamiento, por razones de peso (del edificio), pero aquí mando yo (el ente) y litigo con Unicaja, no para agrado y defensa de los leoneses, sino para hundirnos un poco más en el anonimato despectivo de quienes se consideran amos de todo lo nuestro.

Que alguien próximo a Calviño le explique que los leoneses merecemos –¡Y necesitamos!– bastante más que palabras. Y la situación real que nos obligan a vivir PP y PSOE, encadenándonos a un ente autonómico que siempre hemos rechazado; la despersonalización y el abandono socioeconómico que vamos sufriendo, en beneficio de la parte castellana del ente, muestra la razón que nos asistía en origen, y que persiste. Por ello queremos ejercitar nuestro derecho constitucional a autonomía propia.

¡De dar o no un portazo, ya hablaremos!

Etiquetas
stats