El jornalero de derechas

En Marinaleda, feudo de izquierdas en Andalucía, ganó el PP al PSOE. // N.C.

Javier Pérez

En Andalucía han ganado las derechas, y además a lo bestia. No se puede negar. La suma de los escaños que logran PP y VOX, aunque los de estos últimos importen un carajo debido a la mayoría absoluta popular, no deja lugar a dudas.

¿Y no deja de parecer sociológicamente raro, verdad? Hablamos de una tierra con un desempleo endémico atroz, con decenas de miles de personas cobrando el PER, que es como decir trabajar un mes y cobrar el paro todo el año, y con una parte importante de la sociedad en un nivel de rentas muy por debajo de la media nacional.

¿Qué está pasando aquí? ¿Estamos asistiendo al mítico estereotipo del obrero de derechas o hay algo detrás?

Yo creo que hay sociología, y trataré de explicarlo, por higiene mental, porque la izquierda no piensa hacer la mínima autocrítica, y porque podría ayudarnos un poco a todos a reflexionar sobre lo que pasa en el mundo real.

Es cuestión de imaginarse cosas. Imaginemos un pueblo andaluz cualquiera, uno de eso de quince mil habitantes que aquí tendría título de ciudad si no de metrópoli. Y nos imaginamos a un pobre hombre cualquiera, de cuarenta y cinco años, malviviendo con el PER y con cuatro chapuzas en negro que le van saliendo, desde a cambiarle un cristal a una abuela hasta ir a cardarle los cebollinos a alguien que el ha dado un ataque de lumbago.

Ese tipo va haciendo lo que puede, y también cuando puede eterniza la tarde en la tasca con dos botellines de Cruzcampo, lo que también tiene su parte de penitencia. Toda la vida fue votante del PSOE, o der Anguita, porque era pobre, porque los señoritos le daban por saco, y porque con el PER le dejaban vivir.

Y ahora resulta que lleva cuatro años gobernando el PP y le siguen pagando el PER. Bueno.

Y ahora resulta que los señoritos le siguen dando por saco. Mal.

Pero resulta que los suyos, las izquierdas, están en contra de los toros, y que ser taurino es como ser un canalla sanguinario que quiere maltratar a los animales y quitan los toros de la tele y de todas partes. Cago en sus muertos.

Pero resulta que los suyos, los de izquierdas, están en contra de la caza, y que salir de caza es de criminales armados que atacan la naturaleza. Y lo dicen lo que viven en la capital. Cago en sus muertos.

Y resulta que los suyos, los de izquierdas, están en contra de las procesiones y de la Semana Santa, y que se pasan por el forro el Rocío y el Cristo del Gran Poder, porque eso de carcas, y de fachas, y de lamecuras. Pues me vuelvo a cagar en sus muertos.

Y resulta que si me tomo una cerveza en una terraza, y miro pasar a las chavalas, porque da gusto ver a las chavalas que pasan soy un machista, un baboso, y un heteropatriarcal, y lo dicen los míos, los de las izquierdas. Y entonces ya no me cago en sus muertos, sino en su reputísima madre, y voto al PP, a VOX o al partido nazi si se presenta, porque estos cabrones lo que quieren es que me muera de asco en mi pueblo mientras ellos remojan su rabadilla de funcionario en su chalé.

No todo son razones políticas. Hay también razones sociales, o reales, o viscerales, o como las quieran llamar. Cuando las izquierdas quieran salir de su cueva y asumir que sus guerras culturales de mierda también tienen un coste, entonces tendrán de nuevo una oportunidad entre los más humildes. Entre tanto, tendrá que seguir perdiendo elecciones, una tras otra.

Porque los pobres son pobres, pero no progres. Joder.

___Javier Pérez Fernández es un escritor leonés con varios premios literarios. En 2006 Ganó el Premio Azorín con su obra La crin de Damocles, ambientada en los años de la gran Inflación, durante la República de Weimar, continuada por La Espina de La Amapola, en los primeros años del nazismo. Su última obra, de 2021, es Catálogo informal de todos los Papas.

La crin de DamoclesLa Espina de La AmapolaCatálogo informal de todos los Papas

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