Coworking y centros de negocios aspiran con ofertas flexibles y económicas a asumir el boom del teletrabajo

De izquierda a derecha y de arriba abajo, Centro de Negocios Independencia, Coworking Espacio San Martín, Coworking Centro Negocios León y Centro de Negocios León-San Agustín.

César Fernández

La fórmula de trabajo flexible que ofrecen coworking y centros de negocios se impone la mayoría de las veces por lo económico. Alberto García se volvió hace un par de años a León. Tenía una oficina en Ordoño II. Y la cerró para ocupar un espacio en Centro Negocios León, en la Avenida Ramón y Cajal. ¿Qué habría pasado de haber conservado aquel local en la céntrica arteria de la capital en pleno confinamiento por la crisis del coronavirus? “Aquí pude tener más flexibilidad”, dice con conocimiento previo de causa puesto que había ya gestionado un coworking en Madrid ahora que ofrece servicios jurídicos y gestoría económica a través de Roobin Bank. ¿La fórmula tiene futuro? “Falta conocimiento de qué es un coworking. Y León nunca ha sido muy colaborativo. Pero estoy seguro de que va a ir a más”, contesta.

Otras veces el trabajo flexible es también una cuestión de geometría y hasta de ecología. “Como arquitectos, en ocasiones vemos que tendemos a ocupar más espacio del necesario. Resulta más ecológico compartir, por ejemplo, una sala de reuniones. Se generan, además, sinergias en la relación con otros compañeros. Y así el resultado es una mayor optimización del espacio y de los recursos”, cuenta Itziar Quirós desde el estudio de arquitectura Quirós Presa, asentado desde hace cuatro años en el Centro de Negocios León-San Agustín, ubicado en la calle Alférez Provisional desde el año 2000. Sobran ejemplos de quienes ocuparon provisionalmente locales de este tipo para luego trasladarse a un establecimiento propio. No es su caso. “Como no trabajamos de cara al público, no lo vemos necesariamente como algo transitorio”, dicen. Ahora que el teletrabajo se va extendiendo por la vía de los hechos, han encontrado en esta fórmula un “punto intermedio” entre “estar en casa y en una oficina”.

Como arquitectos, en ocasiones vemos que tendemos a ocupar más espacio del necesario. Resulta más ecológico compartir, por ejemplo, una sala de reuniones. Se generan, además, sinergias en la relación con otros compañeros. Y así el resultado es una mayor optimización del espacio y de los recursos, dicen desde el estudio de arquitectura Quirós Presa en el Centro de Negocios León-San Agustín

“Por la comodidad, por la situación y por los costes”, dicen resumiendo casi a modo de lema Rosana González y Miguel Ángel Sánchez desde Crono Asesores, que ocupa un despacho en el Centro de Negocios Independencia que gestiona la Cámara de la Propiedad Urbana de León en este céntrico vial, desierto cuando accedían a diario en pleno confinamiento. “Aquí te puedes poner a trabajar desde el minuto cero”, resalta su encargada, Isabel Turrado. Sin preocuparse por trámites y sin que se eternice una simple caída de internet, González y Sánchez están a gusto en un espacio que eligieron cuando pasaron de trabajar por cuenta ajena a hacerlo por cuenta propia. “El futuro de todo lo relacionado con el trabajo de profesionales va a ir por aquí. Cada vez va a haber más autónomos. Y una empresa no tendría sencillo controlar a un trabajador. Pero si eres autónomo, vas a trabajar sí o sí”, sostienen.

“Yo no me podría permitir otra fórmula”

Muchas veces se mezclan los motivos. La economía, evidentemente, cuenta. “Yo no me podría permitir otra fórmula”, admite María Caruncho desde MC Imagen Studio, un negocio de maquillaje social, novias y eventos que lleva dos años en Espacio San Martín, un coworking que es también una isla en la plaza homónima del Barrio Húmedo, colonizada por la hostelería. Lastrada por una pandemia que no ha conjugado con los eventos, espera ir 'maquillando' las cuentas en 2021 desde un lugar que ocupa fundamentalmente los fines de semana. “Siempre soñé con tener un estudio. Y he encontrado un lugar que es como mi casa. Sería a lo último a lo que renunciaría”, apunta sin obviar la importancia de una estética singular de vivienda antigua que, en este caso, sí conjuga con su sector.

El futuro de todo lo relacionado con el trabajo de profesionales va a ir por aquí. Cada vez va a haber más autónomos. Y una empresa no tendría sencillo controlar a un trabajador. Pero si eres autónomo, vas a trabajar sí o sí, sostienen desde Crono Asesores en el Centro de Negocios Independencia

Con el parque de Quevedo en frente y reminiscencias de un edificio histórico que fue vivienda de los peones camineros de Obras Públicas, en el Vivero de Empresas León Oeste del Ildefe (Instituto Leonés de Desarrollo Económico, Formación y Empleo) Sergio Oviedo y Sergio López son los últimos en llegar con Marketing Agency, un proyecto propio en el que se embarcan desde hace apenas unos días tras el cierre de la empresa para la que trabajaban en el CEBT (Centro de Empresas de Base Tecnológica), la otra opción que ofrece la entidad vinculada al Ayuntamiento de León. “Da gusto entrar aquí”, reconoce Oviedo, que también alaba la “visibilidad” que da en términos de imagen estar bajo el paraguas de una institución de estas características a la hora, por ejemplo, de que su logotipo ya figure en la página web. “Con modelos de economía colaborativa se consiguen muchos proyectos”, añade sin ocultar otro matiz ahora que muchos adaptan sus casas al trabajo: “Teniendo un espacio físico diferenciado somos más productivos. Hay menos distracciones”.

¿Cuál es el estado de salud de coworking y centros de negocios (teóricamente más colaborativos los primeros y más independientes los segundos, aunque con matices) tras lo más duro de la pandemia? ¿Estarán llamados a ganar peso ahora que el teletrabajo ha dado pasos hacia adelante a una mayor velocidad de lo previsto sin crisis sanitaria de por medio? La respuesta de sus responsables no es homogénea. No solamente hay que tener en cuenta las particularidades del sector, sino también la situación económica, especialmente delicada en una provincia que sufre una importante sangría demográfica. Por eso muchos han reducido en el último año su ocupación, basada fundamentalmente en empresas y autónomos.

“La gran empresa ha resistido. Pero yo perdí al autónomo”, constata Marta Álvarez, que vivió en 2000 la experiencia de montar Centro de Negocios León-San Agustín cuando el concepto sonaba a chino. “Costaba hacerlo entender. El leonés quería tener su propia oficina. Fue difícil arrancar, pero pronto la gente vio que tenía grandes ventajas”, reconoce, convencida ahora de las buenas perspectivas: “Sin duda, el futuro de una oficina pasa por coworking, centros de negocios y espacios flexibles”. Los comienzos tampoco fueron sencillos hace seis años para Centro de Negocios Independencia. “La demanda fue surgiendo con mucho trabajo”, admite Isabel Turrado. Llevaba casi un año al 100% de ocupación cuando llegó la pandemia, un mazazo para ciertos sectores. “Los autónomos hemos sufrido mucho”, añade.

La gran empresa ha resistido. Pero yo perdí al autónomo, constata Marta Álvarez, que vivió en 2000 la experiencia de montar Centro de Negocios León-San Agustín cuando el concepto sonaba a chino. Costaba hacerlo entender. El leonés quería tener su propia oficina. Fue difícil arrancar, pero pronto la gente vio que tenía grandes ventajas

2020 fue literalmente un año perdido para una weeding planner (organizador de bodas) como Vanesa Suárez, que luego empezó a trabajar por cuenta ajena y espera en un futuro retomar la actividad en el Espacio San Martín, donde todavía conserva su material. Y es que la flexibilidad para firmar, cancelar o mantener en standby contratos que suelen renovarse mes a mes y a veces se conciertan por días es una de las grandes ventajas de estos centros. Suárez cree que la figura todavía resulta “muy desconocida”. Ella, que empezó desde casa y citaba a los clientes en bares, encontró un lugar “económico y accesible”. Pero sugiere que la extensión del teletrabajo todavía deja claroscuros para los coworking: “En el caso del trabajo por cuenta ajena todavía no lo veo. Creo que ahí habrá recelo de la empresa y la duda de quién va a hacer frente al gasto”.

No hay ni siquiera que salir del Espacio San Martín para encontrar el contrapunto. Iván Gutiérrez lleva ya varios años en este coworking como empleado de Plexus, una empresa gallega de índole tecnológica que presta servicios a la Diputación de León. Que el Palacio de los Guzmanes esté a tiro de piedra “es importante” para quien de vez en cuando tiene que acercarse a trabajar sobre el terreno. Él y su compañero se turnaron para evitar coincidir durante la primera desescalada. Los trabajadores y la compañía han encontrado un espacio adecuado: “No buscamos alternativas porque estamos muy cómodos”. Valoran también el hecho de contar con un gestor del centro disponible cuando ellos no están: “Si te mandan material, siempre hay alguien para recogerlo”. Y hay otras cuestiones más intangibles que también ayudan: “El sitio, con su toque antiguo, es entrañable. No es lo más importante, pero lo tienes en cuenta”.

La flexibilidad para firmar, cancelar o mantener en standby contratos que suelen renovarse mes a mes y a veces se conciertan por días es una de las grandes ventajas de estos centros. Aquí te puedes poner a trabajar desde el minuto cero, resalta la encargada del Centro de Negocios Independencia, Isabel Turrado

El sitio es, precisamente, uno de los valores añadidos del Vivero de Empresas León Oeste del Ildefe. No es el único. Los usuarios pueden acogerse a ayudas económicas y asesoramiento que presta el organismo público. La estancia, eso sí, tiene un límite: un año más otros cuatro prorrogables, aunque se estudia cada caso. “No queremos ser una competencia desleal para los centros de negocios”, aclaran fuentes del Ildefe antes de relatar un puñado de ejemplos de éxito en forma de empresas que “luego se consolidaron en la ciudad”. El Vivero de Empresas reúne desde 2000 fundamentalmente a compañías de servicios, mientras que el CEBT funciona como espacio de este tipo con perfil tecnológico desde 2012. Aunque de forma dispar, siempre ha habido demanda de uso de los espacios.

La demanda “fue creciendo poco o poco” y luego ha fluctuado en el Centro Negocios León de la Avenida Ramón y Cajal. “El concepto sí funciona en grandes ciudades en las que las distancias son mayores y la gente está todo el día fuera. Aquí es diferente porque mucha gente se va a comer a casa”, plantea su responsable, Eloy Rojo, que aprovechó el confinamiento para hacer obras de adaptación de un espacio que ha sido ocupado transitoriamente por grandes empresas. Ahora reconoce cierta esperanza sin ocultar la incertidumbre. “La gente todavía tiene miedo a juntarse. Pero creo que el teletrabajo en casa no funciona. Al final vas a querer separar los ámbitos. Y aquí la gente viene a trabajar. Te centras más”.

Desde grandes empresas hasta estudiantes

El Espacio San Martín empezó “con una comunidad muy pequeña”. Llegó a colgar el cartel de completo para sus diez mesas de trabajo, espacios tan variopintos que van desde una gran empresa hasta estudiantes y opositores que encuentran un lugar adecuado para preparar los exámenes. Su responsable, Edgar de la Rubia, detecta que la nueva situación derivada de la pandemia dejará mayor interés en sectores que han potenciado el teletrabajo como el marketing, la informática o la atención al cliente. “Pero que haya más consultas no significa por ahora que haya más ocupación. Creo que, hasta que no haya una seguridad o un importante porcentaje de vacunados, a los coworking les va a costar que vuelvan a funcionar como al principio”, opone.

El éxito radicará en cuánto quieran apostar las empresas por esta fórmula, advierte desde el coworking Espacio San Martín Edgar de la Rubia. Con una pandemia que constriñó la vida social a lo imprescindible, quedaron anuladas las fortalezas de este tipo de espacios, añade con el convencimiento que la progresiva eliminación de las restricciones cambiará las tornas

La pandemia ha hecho redimensionar algunos usos. El berciano Jorge Núñez Santalla cierra los detalles de una reunión prevista para el día siguiente en la sala de juntas del Centro de Negocios Independencia antes de contar cómo empezó utilizando la oficina virtual cuando todavía residía en Ponferrada. “La empresa no ocupa un espacio, pero le das la posibilidad de usar la dirección comercial y fiscal”, dice Isabel Turrado para explicar qué es la oficina virtual. Núñez Santalla vio luego la necesidad de “tener una referencia física en León” y ahora ocupa un despacho con la Consultoría Energética Energy Aid. Tanto las salas de juntas para reuniones como las oficinas virtuales han ganado cancha con la crisis sanitaria a veces como punto de referencia para empresas que se vieron obligadas a abandonar los centros de negocios, pero que siguen precisando de un espacio con una imagen de marca de forma puntual. No es lo mismo convocar una reunión en un bar que en una sala acondicionada a prueba de coronavirus.

“Trabajando en casa no saco el mismo rendimiento que haciéndolo aquí. Te obliga a salir de tu zona de confort. Antes usaba la sala de juntas. Ahora tengo un despacho y estoy muy a gusto”, añade Núñez Santalla. Y es que el trabajo desde casa no siempre resulta cómodo. “Yo no quiero el teletrabajo. Prefiero venir a un sitio”, señala Ana Isabel Gordaliza, que ocupaba una oficina al uso y luego se trasladó a un espacio del Centro de Negocios León-San Agustín, donde ha encontrado un emplazamiento más céntrico como trabajadora de la empresa de mantenimiento de carreteras Api Movilidad. Otro despacho del mismo centro utiliza Aitor Llamazares con la empresa madrileña Control y Montajes Industriales, que eligió este lugar dentro de su estrategia de expansión por el noroeste. “Tener este espacio es lo más cómodo. Resulta más económico y ofrece mejores servicios que contar con una oficina propia”, resalta convencido de que el futuro pasa por este tipo de instalaciones.

“El éxito radicará en cuánto quieran apostar las empresas por esta fórmula”, advierte Edgar de la Rubia. Con una pandemia que constriñó la vida social a lo imprescindible, “quedaron anuladas las fortalezas de este tipo de espacios”, añade con el convencimiento que la progresiva eliminación de las restricciones cambiará las tornas. “Volveremos a la oficina porque somos seres sociales”, abunda Marta Álvarez al insistir en las bondades de centros muy flexibles en lo contractual y muy accesibles en lo material. “No tienes que comprarte ni una silla para empezar”, añade ahora que gestiona demandas como la de un trabajador de fuera interesado en ocupar un espacio durante los dos meses de verano que su familia pasará de vacaciones en un pueblo de León, otra constatación del abanico de posibilidades que se abre con la extensión del teletrabajo para coworking y centros de negocios.

Etiquetas
stats