La sanidad del Bierzo hace de la debilidad virtud y lidera la contención del coronavirus en Castilla y León

Los sanitarios vigilan que el coronavirus se expanda con pruebas en el coche en el Hospital El Bierzo. Foto: César Sánchez / ICAL.

César Fernández

El domingo 1 de marzo el Hospital El Bierzo registró el primer paciente de coronavirus de la provincia y el tercero en Castilla y León. Fue un caso paradigmático al tiempo que singular. Se trataba de un camionero procedente de Lombardía (Italia), uno de los principales focos de contagio en aquellos días. Pero su cuadro no era el mayoritario. “Fue una clínica muy atípica. No tenía problemas respiratorios. Sufrió una pérdida de conciencia. Y eso te pone en alerta”, reconoce el jefe de Calidad de la Gerencia de Asistencia Sanitaria del Bierzo (Gasbi), José María Pelayo. Puede que el problema se acabara convirtiendo en virtud. Casi tres meses después, tras contener con mucho esfuerzo pero lejos de amenazas de colapso la mayor pandemia en un siglo, en el centro sanitario apenas había este sábado un ingresado por Covid-19.

El domingo 1 de marzo Eduardo Criado tuvo que acudir a Urgencias por un percance familiar. Criado, director médico del Hospital El Bierzo entre 2001 y 2002 y gerente de Atención Primaria desde esa fecha hasta 2016, ya percibió ese día medidas de distancia social y preventiva como la colocación de mascarillas a los pacientes afectados por gripe apenas unas horas después del ingreso del camionero procedente de Italia. “Tanto el Hospital como Atención Primaria ya estaban entrenadas para este tipo de situaciones con la experiencia que vivimos con la gripe aviar y con el ébola”, señala para apelar a la máxima de “prudencia, sensatez y seguridad” que ha situado al Área de Salud del Bierzo (que comprende los 38 municipios de la comarca homónima, más Villablino -Laciana- y Villagatón) como la primera de Castilla y León que pasará este lunes 1 de junio a Fase 2.

Tanto el Hospital como Atención Primaria ya estaban entrenadas para este tipo de situaciones con la experiencia que vivimos con la gripe aviar y con el ébola, señala el entonces gerente de Atención Primaria, Eduardo Criado

La conciencia de que la lucha sanitaria para atajar el coronavirus era una batalla sin precedentes recientes la pudo palpar en primera persona Manuel Fernández Zanca, conocido tanto por su labor como profesor del Instituto de Gil y Carrasco como por su faceta política como candidato del PSOE a la Alcaldía de Ponferrada en 1995 y senador socialista en la legislatura 2000-2004. También es vox populi en la comarca su afición a la cocina, coronada hasta con un libro de recetas. “Soy muy cocinillas. Y perdí el olfato y el gusto. Me sabía todo horriblemente mal”, dice. El despliegue sanitario cuando acudieron a su domicilio (“parecían extraterrestres”, apostilla) le impresionó tanto como la entrada al centro ya a través de una carpa exterior. “Tenemos un Hospital excelente y profesionales extraordinarios”, agradece.

El caso es que hasta hace poco el Hospital El Bierzo aparecía en los titulares de los medios de comunicación por su abultada lista de espera quirúrgica, por el cierre de camas o por la ansiada llegada de servicios como Radiología. Se trata de un centro relativamente pequeño ubicado en una esquina del mapa autonómico, la de una comarca a la que tampoco ha llegado el AVE y que padece la sangría y el envejecimiento progresivo de su población, uno de los epicentros de la España Vacía. Paradójicamente, puede que estas debilidades acabaran convirtiéndose en fortalezas. El titular, este sábado 30 de mayo, es que el coronavirus está prácticamente barrido de sus estadísticas con solamente un ingreso, el de una paciente de Bembibre que en las últimas horas subió a planta tras haber permanecido 55 días en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos).

El Hospital El Bierzo fue pionero en la instalación de una carpa exterior de triaje o en la realización de pruebas en los coches. Y eso nos permitió ahorrar muchos recursos por no tener que ir a los domicilios, destaca el jefe de Calidad de la Gerencia

“No hemos hecho nada extraordinario, ni somos mejores que nadie. Habremos cometido errores, pero sí hemos hecho las cosas a tiempo. Teníamos ya diseñados protocolos desde enero. Pero, de todas formas, si el agresor es muy bueno, las barreras pueden servir hasta cierto punto”, asume el jefe de Calidad de la Gerencia, quien sí destaca la iniciativa del jefe de Urgencias, José Ramón Casal, para poner una carpa exterior de triaje. No fue la única medida en la que la comarca fue por delante. La realización de pruebas Covid en los coches, a imagen y semejanza del método coreano, también se acabó generalizando en otros hospitales. “Y eso nos permitió ahorrar muchos recursos y no tener que ir a domicilios”, subraya Pelayo.

“El primer caso nos vino bien para ver la que se nos venía encima”

“Los primeros días el estrés fue brutal”, advierte, desde el frente sindical, el delegado del Satse (Sindicato de Enfermería) en la Junta de Personal del Área de Salud del Bierzo José de la Fuente Canedo tras coincidir con algunas premisas de partida. “El primer caso nos vino bien para ver la que se nos venía encima”, cuenta sin obviar que el confinamiento resulta más sencillo en una población ya diseminada en pequeñas localidades. “La dispersión y el aislamiento han sido ventajas”, abunda el delegado de UGT en esa misma Junta de Personal (que quedó en funciones al no poder constituirse tras las elecciones del 5 de marzo) Antonio Nespral. “Los pueblos aquí son como en Galicia, tienen las casas más separadas. Y así es más fácil”, completa Eduardo Criado.

Las carencias en infraestructuras (singularmente del AVE que comunicará con Asturias por León y con Galicia por Zamora) pudieron ser en este caso providenciales para evitar la propagación del virus. La movilidad interprovincial queda así más contenida a la fuerza. “Y por aquí casi todos nos movemos en coches particulares. Muy pocos utilizan el transporte público”, añade De la Fuente. La situación geográfica apartada, que se vuelve en contra de los gestores sanitarios al buscar atractivos para atraer y fidelizar a los profesionales, fue en este caso otra paradójica virtud, reconoce Pelayo, que también destaca la “rapidez” del Ayuntamiento de Ponferrada a la hora de decretar el cierre de servicios ya en la tarde del jueves 12 de marzo. Y la capital berciana fue precisamente la primera ciudad de Castilla y León en pasar a Fase 1.

La situación geográfica apartada, que se vuelve en contra de los gestores sanitarios al buscar atractivos para atraer y fidelizar a los profesionales, fue en este caso otra paradójica virtud

El envejecimiento de la población, otro de los lastres de una comarca que ve emigrar a sus jóvenes por falta de oportunidades laborales, pudo también jugar a favor al oponer al factor de riesgo la mayor facilidad para el confinamiento. “Es cierto que tenemos una población envejecida, pero no es el área más envejecida de Castilla y León”, matiza el jefe de Calidad de la Gerencia, que este caso hace un aparte. “La población que más nos preocupaba era de las residencias. Hubo mucha coordinación con Servicios Sociales. Se designó un equipo de Atención Primaria y un equipo central para acometer planes de contingencia”, expone para subrayar el buen comportamiento general de estos centros a excepción de “situaciones excepcionales” como la del brote en la Residencia El Roble de Caboalles de Abajo (Villablino), que tuvo que ser intervenida por la Junta de Castilla y León.

Las enfermedades respiratorias, viejas conocidas para una tierra minera

Desarrolladas al calor de la minería y las térmicas, El Bierzo y Laciana han perdido peso industrial con el fin de la primera y el cierre ya acometido en la central de Anllares del Sil y programado en la de Cubillos del Sil. El carbón dejó pujanza económica; también espacios degradados y enfermedades respiratorias, especialmente silicosis entre los mineros. ¿Ha sido esta otra inopinada ventaja dada la experiencia en el tratamiento de patologías pulmonares? “Tenemos uno de los mejores servicios de Neumología de España. Pero el Covid todavía es muy desconocido. Cada día cambia el tratamiento. Eso se sabrá a posteriori”, responde De la Fuente Canedo. “Se ha contenido mucho el problema en Atención Primaria. Las enfermedades respiratorias son bien conocidas por los profesionales”, opina Pelayo.

Más allá de estas eventualidades, la pandemia ha puesto a prueba al sistema. Además de la experiencia adquirida en la preparación ante amenazas anteriores como la gripe aviar y el ébola, el por entonces gerente de Atención Primaria del Bierzo destaca la capacidad de “liderazgo” de la actual responsable del Área de Salud, Pilar Fernández Ampudia, que era directora médica del Hospital de León en aquellos episodios. La parte social, sin embargo, estima que ha faltado comunicación interna. “Y no me refiero tanto a los sindicatos como a los profesionales”, señala el delegado del Satse.

Responsables en el segundo escalafón de mando han llevado buena parte de la batuta. “La gerente delega mucho. Confía mucho en su equipo”, añade De la Fuente Canedo. El Hospital habría llegado al límite en circunstancias ordinarias, pero quedó lejos del colapso con la UCI extendida que permitió pasar de 9 a 18 camas. En el pico máximo apenas ocupó 140 de las 400 camas en planta. Y pudo contar con espacios liberados con el traslado transitorio (y ya revertido) de Ginecología, Obstetricia y Pediatría a la Clínica Ponferrada.

“El resultado ha sido para estar orgullosos, pero también debemos ser humildes. Lo importante es aprender de los errores. Al principio hubo muchos cambios de protocolos. Y es fundamental tenerlos claros”, analiza el delegado del Satse, muy crítico con la falta de equipos y materiales de protección, un déficit generalizado sobre todo en ciertos momentos y solventado a veces a golpe de “donaciones de empresas y particulares”. “Y no se puede ir a la guerra con cuchillo y tenedor”, advierte al hacer notar los contagios sufridos por el personal sanitario mientras se hacían pruebas con cuentagotas.

“La Atención Primaria sigue siendo la hermana pobre del sistema”

Ahora que lo que toca es atajar posibles rebrotes, se redobla el papel de la Atención Primaria con plantillas ya muy saturadas por la lucha contra la pandemia. “En la desescalada va a haber que crear dos circuitos en centros de salud y consultorios. Vamos a retomar las consultas ordinarias. Y necesitaríamos refuerzos de profesionales y de material porque con el personal actual es muy complicado hacerlo”, advierte el delegado de Satse.

En la desescalada va a haber que crear dos circuitos en centros de salud y consultorios. Vamos a retomar las consultas ordinarias Y necesitaríamos refuerzos de profesionales y de material porque con el personal actual es muy complicado hacerlo, dice el delegado del Satse en la Junta de Personal

El antiguo gerente de Atención Primaria del Bierzo avala la importancia de “tomar las medidas oportunas” precisamente desde esa esfera a la hora de apagar eventuales rebrotes. “Pero la Atención Primaria sigue siendo la hermana pobre del sistema”, reprocha el delegado de UGT, que cree que “ha perdido mucha capacidad” operativa desde la puesta en marcha de la Gerencia integrada que la unió a Especializada en 2016. “Yo creo que la integración ha sido una ventaja. Lo veo como una virtud. La comunicación es así mejor”, opone el jefe de Calidad de la Gerencia.

Al margen de las cuestiones más técnicas, desde la óptica de un paciente que llegó a sufrir una neumonía por el coronavirus y otra por neumococo hasta permanecer doce días ingresado en planta, las palabras son de elogio tanto al “trato profesional” como al “afecto”, dice Manuel Fernández Zanca, que ilustra el celo profesional con la reprimenda que se llevó por no tener puesta la mascarilla el primer día en la habitación. “Y estaba yo solo. Pero los protocolos se llevaron a rajatabla”, dice el expolítico socialista, que, también “al margen” de su militancia, considera que el vicepresidente de la Junta y la consejera de Sanidad, Francisco Igea y Verónica Casado (ambos de la cuota de Ciudadanos en el Gobierno autonómico), son dos dirigentes “sensatos”.

El Bierzo vive su avance en la desescalada como un triunfo para una tierra otrora alabada por su espíritu emprendedor y reivindicativo acostumbrada en los últimos años a recibir mazazos que la han sumido en el pesimismo

Tachados en ocasiones de excesivamente prudentes, el vicepresidente y la consejera han hecho bandera de la “cautela” mientras diseñaban una desescalada por zonas básicas de salud en lugar de por provincias. “Y eso ha funcionado. Ha sido fundamental”, aplaude Eduardo Criado. En un tono más práctico, espera que la experiencia sirva para moderar la presencia de acompañantes en centros sanitarios ante posibles infecciones, al tiempo que alerta sobre la “estigmatización” todavía existente por el uso de las mascarillas y confía en la aplicación de medidas en pro de la higiene en espacios habitualmente concurridos. “Y, por ejemplo en un restaurante, el objetivo más contaminado es la carta, que pasa por cientos de manos diferentes”, ilustra.

En este relato de la necesidad hecha virtud, la desescalada por ámbitos más reducidos al de la provincia también le ha venido bien al Área de Salud del Bierzo, que ha recibido la consideración de las autoridades sanitarias por ser una “comarca muy específica con unas características particulares bien definidas”, en palabras del propio director del Centro de Coordinación del Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, convertido en estos días en icono del bercianismo en memes de redes sociales.

El resultado está siendo un triunfo para una zona acostumbrada en los últimos años a recibir mazazos a golpe de continuos cierres de industrias y comercios, pérdida de servicios y reclamaciones pasto del olvido hasta sumir en el pesimismo a una tierra otrora alabada por su espíritu emprendedor y reivindicativo. “Somos bastante responsables. Y queremos salir adelante”, cuenta Fernández Zanca mientras se toma una caña en una terraza. “Se añoraba hacer cosas corrientes”, esboza ahora que ya podrá cocinar pulpo para celebrar que, por ahora, El Bierzo lleva ventaja en esta batalla.

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