Quedan desiertas 15 plazas fijas de médico de Familia en el Bierzo, obligando a la Junta a sacar otra lista

Imagen de archivo de un consultorio médico rural en el Bierzo, el de Tremor de Arriba. / César Sánchez / ICAL

R. Travesí / ICAL

La falta de interés por cubrir 15 plazas de médico de Familia en la comarca leonesa del Bierzo y una en Candeleda (Ávila) obligará a la Consejería de Sanidad a publicar una tercera lista correspondiente a la oposición de 2018. Pese a que esas plazas conllevan obtener una plaza de estatutario fijo en Sacyl, los profesionales que aprobaron esa oposición se niegan a trabajar en esos lugares y optan por continuar como personal interino al considerar que las vacantes ofrecidas por la Consejería de Sanidad no les interesan, ya sea por que son puestos de difícil cobertura en zonas rurales o están alejados del lugar donde residen en la actualidad.

La Gerencia Regional de Salud publicó el pasado 11 de noviembre en el Boletín Oficial de Castilla y León la oferta de las 33 plazas que quedaron vacantes en el último proceso selectivo de la categoría de licenciado especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Un proceso que se inició en septiembre para cubrir las 302 plazas recogidas en la convocatoria de la oposición. Tras cinco meses y la publicación de dos listados, la Junta no consigue cubrir aún 16 plazas fijas, todas ellas salvo una en el norte de la provincia de León.

Las 33 plazas que inicialmente no fueron ocupadas por los aspirantes se repartían entre cinco gerencias de Atención Primaria. En concreto, en Ávila se ofertaban dos; en Burgos, una, en la de El Bierzo, 22, junto a otras cuatro en la de León, y tres en la de Zamora. El plazo concedido a los nuevos aspirantes a una plaza fija en el sistema sanitario de Castilla y León era de 15 días hábiles, contados a partir de la publicación de la orden en el Bocyl. Pues bien, una vez completado ese plazo, se han cubierto los puestos ofertados en Burgos, León, Zamora, uno de Ávila y siete en el Bierzo. Pero aún quedan desiertas otra en la provincia abulense, en Candeleda, y quince en la comarca del norte de León, después de que los aprobados de la oposición -por orden de nota- decidieran renunciar a esas plazas o tomar posesión del destino.

Ante panorama, la Consejería tendrá que publicar en los próximos días una nueva lista complementaria en la que los siguientes en la lista dispondrán de otros 15 días hábiles para presentar la documentación requerida y la elección de plaza. Por lo tanto, el proceso se demorará otro mes y medio.

Las 302 plazas recogidas en la oposición de 2018 de Medicina Familiar y Comunitaria eran todas de equipo, a diferencia de la anterior convocatoria de 2016 en que todas fueron para trabajar como facultativo de área. Se repartían entre las 39 en el área de salud de Ávila; 54 en la Burgos (la que más oferta); 41 en el área de León; 39 en la del Bierzo; otras 39 en el área de salud de Palencia; 22 más en Salamanca; 14 en Segovia; nueve plazas en Soria; y 45 plazas en el área de salud de Zamora.

Según la documentación facilitada por la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Castilla y León a la Agencia Ical tras haber contactado con los representantes del sindicado en cada provincia, de las 33 plazas ofertadas en la primera lista complementaria se han cubierto 17 con profesionales que han tomado posesión de su puesto y ya desempeñan su labor en la consulta. Por lo tanto, quedan 16 para completar los puestos de la oposición de Medicina Familiar y Comunitaria.

De los 39 vacantes que reservaba la Consejería para El Bierzo, se han cubierto 24, después de dos listados con selección de personal para elegir. Lugares como Villablino, Cacabelos, Fabero, Puente Domingo Flórez, Toreno y Villafranca del Bierzo son plazas que tienen escasos candidatos. El mejor ejemplo es Villablino, que está a 110 kilómetros y a hora y media en coche de León, la misma distancia que a Oviedo.

Más demanda que oferta

La secretaria de Acción Sindical de la Federación de Sanidad de Comisiones Obreras (CCOO) en Castilla y León, Dalia Madruga, aseguró a Ical que esta situación viene marcada por una especialidad como Medicina de Familia donde, en la actualidad, hay más demanda que oferta. De esta manera, precisó, el profesional interino puede elegir el lugar de trabajo, ya sea por ser una consulta más atractiva y con medios o bien por estar cerca de su residencia, a cambio de renunciar a una plaza fija.

Madruga lamentó que por que cada publicación de lista se pierde entre mes y medio y dos meses, al ser un proceso administrativo muy lento. Reiteró que esta situación se hubiera podido solucionar con la convocatoria de un acto único de adjudicación de plazas donde los aprobados de la oposición van eligiendo destino por orden de puntuación, tal y como ocurre con la asignación de los puestos MIR. Algo que ya se ha trasladado a la hora de adjudicar otras especialidades médicas.

Puestos de difícil cobertura

La responsable sindical hizo referencia al problema de fondo por el que determinadas plazas de Medicina de Familia no se cubren al ser puestos de difícil cobertura en la sanidad de Castilla León. No en vano, aseguró que este tipo de plazas en el Bierzo hay que considerarlas como tal y para eso está la norma que se publicó en el Bocyl en 2019 pero que la Junta no ha desarrollado ni avanzado en su regulación. “Urge incentivar económicamente estas plazas, dar mayor puntuación a esos profesionales a la hora de optar en los concursos de traslados y una flexibilización de la conciliación de la vida familiar y laboral”, aseveró. Y es que son destinos en zonas rurales o muy alejados de las capitales y con una difícil comunicación.

Hasta que se cubran de manera definitiva estas plazas por personal estaturario fijo, Dalia Madruga explicó que esas consultas, como ocurre con las del Bierzo, están atendidas por médicos interinos y personal de Área, que se ven obligados a acumular el trabajo de los compañeros que faltan, que implica repartirse a las cartillas y los pacientes. “No hay otra solución por que la bolsa de personal está agotada”. Todo ello, sentenció, genera que el servicio que se presta no sea bueno y repercute en la calidad del sistema.

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