Los seis únicos alumnos de 6º de un colegio rural de Laciana triunfan editando un periódico

Portada de la publicación.

Luis Álvarez / Laciana

Nadar contra corriente. Es lo que hacen estos cinco niños del colegio de primaria 'El Campo', de la localidad de Villaseca de Laciana, que desde el pasado octubre han sido capaces a sacar a la calle seis números de su periódico en papel 'El Pin-txuezo' y elaboran el último para publicar antes de las vacaciones de verano.

Los jóvenes periodistas son Mario Alvarez, Naiara dos Anjos, Natalia Martínez, Sergio Castelao y Naiara Santo Tomás, de hecho los únicos alumnos del curso de 6º de Primaria del colegio, que bajo la tutela y asesoramiento de su profesor, Francisco Javier Cantón, se han convertido en consejo de redacción, redactores, secretarios, administradores, contables y distribuidores de su publicación. Un proyecto de papel que comenzó con 67 ejemplares y ya alcanzan los 167 para cubrir todas las necesidades de suscriptores y ventas.

¿Cómo arrancó la aventura? Ellos mismos lo explican “el profesor nos sugirió la idea” y se plantearon si serían capaces, “nos dijo que nos iba a exigir trabajo hacerlo todo”. Aceptaron la propuesta y se pusieron a la labor. El primer número sólo eran cuatro hojas tamaño folio, ahora ya son ocho.

La primera decisión fue el nombre que le iban a dar y, aunque suene raro, nos explican el porqué: “Pin es una forma que tenemos en el pueblo de llamarnos unos a otros, entre nosotros los niños” (¡hola pin!, ¿qué tal pin?). El 'txuezo' añadido es un homenaje a la lengua vernácula el patxuezo en la comarca de Laciana. Una amalgama de actualidad y pasado, que casi explica por sí sola la maravilla de esta realización.

La labor está perfectamente organizada. Primero deciden sobre qué va a escribir cada uno y qué secciones llevará el número. Después, se prepara el texto para luego corregirlo y digitalizarlo, se buscan las fotos que va a ilustrar las informaciones y comienza la labor de maquetación, que básicamente corre a cargo de su tutor y guía, Francisco Javier.

Imprimir las páginas, ordenarlas, doblarlas, graparlas y distribuir a los suscriptores, cuyo listado maneja la secretaria, completan una ardua labor. Y luego hay que vender algunos ejemplares. Porque la primera obligación es cubrir gastos y pagar el papel y la tinta de las impresiones al colegio.

Hecho todo esto, hay que reconocer que aún acumulan beneficios, con unas ventas al precio de 0,80 euros el ejemplar, siendo la suscrición a todos los números por tan sólo 2 euros. Eso sí, un ejemplar bajaron a regalarlo a Villablino para dar más difusión inicial a su trabajo, y así fue como ileon.com tuvo acceso al meritorio proyecto.

Los beneficios económicos tienen ya un destino: con el dinero se pagará un día de excursión el día 13 de este mes, primero hasta Caboalles de Abajo para hacer una ruta a caballo, luego hasta el camping de Villager para jugar al paintball y practicar tiro con arco, para después comer y regreso a casa. “Preferimos gastar el dinero aquí, donde lo hemos obtenido, que no salir fuera”, admiten, y por eso organizaron este tipo de jornada de diversión.

El proyecto llama poderosamente la atención en los tiempos en que la escritura y la lectura se están relegando cada vez más a los escasos caracteres que permiten las redes sociales o los whatsapp, en tiempo de youtubers. No es menos el mérito del claustro de profesores del centro, que alienta y favorece este tipo de complemento educativo, que estimula la capacidad de decisión, el criterio propio y el sentido crítico de los niños. Y es que hay más sentido crítico y sensatez en algunos de sus artículos que el que demostramos habitualmente los adultos. Es la manera divertida y útil a la vez que han encontrado en esta escuela rural de romper la tendencia dominante en el actual sistema educativo, dogmático y proselitista.

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