Escuelas (des)Conectadas: el fiasco en León de seis años del plan que prometía poner internet ultrarrápido en cada cole

La consejera de Educación, Rocío Lucas, en la inauguración de un instituto en Valladolid. / ICAL

Carlos J. Domínguez

Era un proyecto estrella. Lo tenía todo: se centraba en la mejora en la calidad de la educación sobre todo en los pueblos, mejorando hasta el infinito el acceso a todos los recursos que permiten las nuevas tecnologías; y ponía fin a la segunda o tercera división en la que juega mundo rural en materia de conectividad a internet.

2020 era el año en el que se acabaría de desarrollarse en toda Castilla y León el plan llamado Escuelas Conectadas. Un ambicioso programa que llevaría a todas las escuelas, pero sobre todo a las de los últimos confines, conectividad a internet de “banda ancha ultrarrápida”, como mínimo de 100 megabits por segundo (Mbps).

Al menos en todos estos términos así lo prometieron el Gobierno (que ejecutaba este programa a través de Red.es) y la Junta de Castilla y León, que juntos invertían 39 millones de euros desde 2014. Los primeros destinarían 25 millones y la Junta los restantes 14, aunque en realidad gran parte del 'pastel' lo pagaba el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), con cargo al Programa Operativo Plurirregional de Crecimiento Inteligente.

En seis largos años de promesas políticas, de presentaciones oficiales, firmas de convenios y declaraciones destacando las bondades de Escuelas Conectadas, lo cierto es que en la provincia de León siguen mayoritariamente desconectadas. Más de la mitad de ellas están, técnicamente hablando, “en instalación”, o sea, sin dar servicio aún.

No hace falta usar la monstruosa capacidad de cálculo del Centro de Supercomputación autonómico, ubicado en la Universidad de León y que iba a apoyar y a gestionar el programa de Escuelas Conectadas, para concluir que los datos oficiales y más actualizados facilitados por la Consejería de Educación de la Junta hablan de un claro fracaso en la provincia leonesa.

De los 282 centros educativos que debían haberse conectado con ese internet ultrarrápido (colegios e institutos, ninguno de estudios universitarios), la Junta tan sólo da por finalizados y operativos 133. Eso supone el 47,16%. Seis años después del arranque del plan, todavía quedan en 2021 otras 149 escuelas no operativas en este sentido, o lo que es lo mismo, 52,8%.

La cuenta autonómica

Es, con gran diferencia, la provincia de la Comunidad más atrasada en el proceso. También la que más centros suma. El cómputo total de la Comunidad había identificado 1.375 centros escolares (y unos 220.000 alumnos) a conectar por fin al siglo XXI. De ellos lo están 943, un 68,58%, siempre según los datos oficiales de la Junta.

Esa media autonómica sí habla de un porcentaje alto de resolución, aunque sin olvidar que ya desde el pasado año deberían haber estado el 100% de ellas operativas y aún quedan muchas, porque en 432 colegios e institutos aún esperan una conectividad medianamente digna.

Valladolid es con gran diferencia la provincia más avanzada en el programa de las Escuelas Conectadas, con un 85,4% de resolución. De las 192 escuelas totales computadas ya sólo quedan 28 que están en proceso. Le sigue la provincia de Palencia, rozando un 80% (62 escuelas de las 78 totales con la conexión resuelta); la de Zamora, con más de un 75% (109 de las 145); y la de Segovia con un 75% (101 de 134 escuelas)

Continuando en orden descendente, en el caso de Burgos se alcanza ahora mismo satisfactoriamente un 73,3% del programa (99 conectadas de las 135 totales); en Salamanca un 71,6% (154 de 215 escuelas, el segundo número más abultado de la Comunidad detrás de León); Ávila se queda en el 65% de resolución (89 con el internet rápido de 138 totales); y Soria, la provincia de la consejera Rocío Lucas, se sitúa la segunda en la cola bajando hasta el 57,1% de conectividad (sólo finalizadas 32 de 56). León sigue a mucha distancia por debajo, a pesar de estar precisamente en León el Centro de Supercomputación.

La Junta defiende que nadie está sin internet

Fuentes de Educación aseguran, sin embargo, que la lentitud de implantación del plan no impide el uso por parte de alumnos y de profesorado de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en las aulas. “Escuelas Conectadas mejorará la conectividad de los centros educativos y permitirá a dichos centros disponer de conexión wifi interna”, remarcan, “pero actualmente todos los centros educativos públicos de enseñanza no universitaria están conectados y disponen de la mejor conexión posible que nos proporciona el contrato de telecomunicaciones”.

El problema, al menos en muchos puntos rurales de León, es que esa “mejor conexión posible” es prácticamente cero en no pocas localidades. Son constantes los problemas más básicos de conectividad, una queja que lanzan numerosos empresarios, especialmente del sector turístico y hostelero.

Los motivos por los que es grave el retraso

El fracaso y la dilación del muy programa, que nació en 2014 pero que Red.es licitó en su parte más amplia en 2018, es muy grave. Y es que se incumple el objetivo oficial del plan, que no era otro que aprovechar la conexión a internet mediante redes de banda ancha ultrarrápida para “impulsar una educación innovadora y de calidad, con la posibilidad de un acceso a contenidos digitales avanzados que permita personalizar la enseñanza y orientarla hacia una cualificación profesional adecuada”, rezaban las declaraciones institucionales.

El consejero de Fomento y Medio Ambiente, el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, fue uno de los que más veces cantó la excelencia del proyecto, que suponía, dijo, un “esfuerzo denodado”.

Recordaba a menudo que además de la conectividad a una velocidad de 100 Mbit/s, los centros deberían poder acceder a la RedIRIS, la red académica y de investigación española. Llegó a hablar todavía en el año 2019 del hito cercano de “la educación 4.0”.

El proceso, sin embargo, no concluirá con el 100% de las escuelas con su propio y potente wifi, llamado, según Educación, a la doble misión de dar un giro metodológico a la enseñanza en la Comunidad y a facilitar la cohesión de todo el territorio.

Es cierto que no contaban las administraciones con el parón que supuso en 2020 la pandemia de coronavirus, eso sí, teniendo en cuenta que la licitación se dilató hasta 2018 y la culminación tenía que haber sido en agosto del 2020.

Todavía queda hasta el año 2025 un complejo proceso, muy detallado en esta información, de comprobación de su funcionamiento, mantenimiento técnico y hasta reorganización de plantillas educativas para, por ejemplo, según prometió Educación, para que en cada centro haya un coordinador, un profesor liberado de la tarea lectiva, para que se encargue del nuevo servicio y que cada colegio no vaya por libre. Porque no serviría de nada si esta tecnología, cuando quiera que esté operativa del todo, no sirve para una educación completamente en red.

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