Pepe Méndez, un ejemplo de tantos de la alta política que se practica en los pueblos de León

Pepe Méndez, el veterano pedáneo de Robles.

Luis Álvarez / Villablino

El mundo rural, tan olvidado y en ocasiones vejado por la alta política nacional, es capaz sin embargo a devolver favores por desprecios. Lo hacen personas que demuestran que hay otras maneras de hacer y vivir la política, más honestas, con más sentido común, sin ningún engolamientos, buscando el bien común de los ciudadanos, la mejora de sus condiciones de vida y no el medrar del político de turno. Y hay muchos lugares en León donde se puede presumir de hacer esta alta política de pueblo.

Es una forma de hacer política muy extendida en el mundo rural español, donde casi ninguno cobra por sus servicios y trabajos en favor de la comunidad, pero no por ello abandona sus responsabilidades o hacen dejación de sus funciones.

Uno de los muchos posibles ejemplos en la provincia de León es el alcalde pedáneo del pueblo de Robles de Laciana, José Méndez Fernández, conocido por todos los vecinos de su pueblo y los de las proximidades como Pepe Méndez. Lleva en el cargo 22 años consecutivos, desde que en 1999 se presentó por primera vez a las elecciones como candidato por Izquierda Unida (IU), repitiendo en las cinco siguientes citas electorales, la última en 2019.

Robles es una pequeña pedanía del municipio de Villablino, de tan solo 112 habitantes, que se ha convertido en el último cuarto de siglo en un ejemplo para todas las localidades próximas. Lo es gracias a la unión que habitualmente muestran sus vecinos y por las inversiones que han logrado para el embellecimiento y mejora del pueblo a base de tesón, tratando de aprovechar cada convocatoria de ayudas con proyectos claros y sensatos.

Colgado sobre la ladera derecha del valle del Sil, entre Villaseca y Rioscuro, con acceso por carretera desde la C-631 en Villaseca por una vía provincial, su ubicación le permite ser el pueblo más soleado de Laciana. Pero su cierto renombre lo consiguió sobre todo por pasar en él las temporadas de verano durante varios años el polifacético artista Eduardo Arroyo, que hundía parte de sus raíces familiares en el pueblo.

Ya en la última década del pasado siglo fueron los primeros en ganarle una batalla sobre las minas a cielo abierto a la todopoderosa MSP de Victorino Alonso, logrando vía tribunales una sentencia en contra de la pretendida explotación, que incluso la empresa trató de realizar de forma ilegal, dejando en su braña una muestra de su torpeza en forma de fosa sobre el terreno y como recuerdo perdurable a la dignidad del pueblo.

Era otro el alcalde, Lito, que también unió a los vecinos para parar con su presencia a pie de palas excavadoras la explotación ilegal y luego reunir los fondos para litigar judicialmente, después de haber desoído los cantos de sirena del empresaqrio que, en el salón del pueblo, les ofrecíó dinero y puestos de trabajo a cambio de su consentimiento. Ofertas con las que logró engañar a varios pueblos de las provincias de León, de Palencia y de Asturias.

Arreglo del Camino Real

La inversión de la Junta de Castilla y León de 250.000 euros para el arreglo, ensanche y asfaltado del viejo Camino Real, que une la localidad con la carretera de acceso a Sosas de Laciana desde la C-623, es hoy el último logro de Pepe Méndez para su pueblo. Para él, uno de los proyectos que más ilusión le hace porque “desde que soy pedáneo he tratado de sacarlo adelante, porque nos da un segundo acceso al pueblo y además con capacidad para entrada y salida de autobuses”. Algo que sin duda mejorará un aspecto elemental de la economía local, casi el único junto a la ganadería, el del turismo rural.

La elaboración de todo el proyecto, los pasos dados, los contactos, las gestiones, hasta lograr el objetivo, son un ejemplo de cómo tienen que trabajar estos políticos de pueblo. Representantes que no solo no cobran si no que, además, los gastos que les ocasiona su labor pública corren como en este caso por su cuenta. El pedáneo decja claro que “en los años que llevo como alcalde no he cobrado nunca ningún gasto, viajes, comida, gasolina, siempre lo he pagado de mi bolsillo”. Aunque ciertamente tampoco hay mucho de dónde gastar, con un escaso presupuesto de la Junta Vecinal de 6.500 euros anuales.

Para este proyecto buscó a una vecina del pueblo que le hiciese el proyecto, una joven ingeniera de caminos, “a la que le estamos muy agradecidos, no solo yo, todos los vecinos, pues lo ha hecho gratis”. Después lo presentaron al Ayuntamiento de Villablino para que aprobasen su inclusión en los planes de dinamización de las comarcas mineras, algo que ocurrió en un Pleno de marzo de 2018, con un presupuesto de 600.000 euros.

La falta de soluciones al proyecto, el retraso en la financiación y el temor a que quedase solo en un proyecto llevó a Pepe a buscar otras alternativas. Y en 2019 le pidió al portavoz del PP en el Ayuntamiento de Villablino, Roberto González, con el que asegura tener muy buena relación personal y al que le agradece sus gestiones, “si me podía facilitar una reunión con responsables de la Junta”.

En la delegación territorial de León se reunió con el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, al que le entregó el proyecto. “Me dijo que era mucho 600.000 euros, que lo desglosásemos”. Así que la autora del proyecto realizó el desglose y volvieron a presentarlo. La Consejería finalmente aceptó hacer todo de una vez tratando de reducir los costes y se incluyó en una partida de 3,1 millones para actuaciones medioambientales y de infraestructuras.

El propio Méndez negoció con todos los propietarios de los terrenos al lado del camino que van a perder propiedad para el ensanche, para que firmasen con el alcalde de Villablino la cesión gratuita del terreno necesario, ya que “algunos ceden más de 100 metros cuadrados”. Lo mismo que con la empresa eléctrica La Prohida negoció la modificación de líneas y el traslado de un transformador, necesarios para acometer las obras, para poder reducir costes.

Así, con la implicación personal en todos los proyectos, va consiguiendo sacarlos adelante. Da igual quién gobierne en una u otra institución, el color político es “algo que no tiene por qué influir, se trata de presentar proyectos serios, razonables y necesarios, y entonces encuentras apoyos y respuestas favorables”.

Lo dice por experiencia, pues en estos 22 años que lleva al frente de la pedanía de Robles, han logrado que las inversiones de otras instituciones en el pueblo superen 1,1 millones de euros. Asfaltados, arreglos de calles, mejoras en la casa del pueblo, señalización de rutas de senderismo, ensanche de la carretera provincial que les une a la general, creación de una bolera pública, arreglo de todas las fuentes...

La creación del Aula Geológica de Laciana es una muestra más de cómo gestionar un edificio en desuso, la vieja escuela cerrada, que a través de un convenio de colaboración con una asociación cultural local permitió abrir este pequeño museo geológico.

¿Quién es Pepe?

El pedáneo es natural del pueblo, miembro de una familia de siete hermanos, que de joven estuvo en el País Vasco, cuando aún lo llamaban “Vascongadas”, durante cuatro años. De allí se trajo el gusto por las sociedades gastronómicas y cuando regresó al pueblo consiguió crear una con un grupo de amigos, a la que llamaron Asociación El Roble. Era 1981.

Con el tiempo aquello se fue nutriendo de vecinos hasta que prácticamente todo el pueblo era miembro de la asociación, que en el año 1997 ya rondaba el centenar de miembros. Lograron abrir una sede en un bajo de una vivienda en la plaza del pueblo, a la que popularmente llamaban “el teleclub”, y aún subsiste la asociación.

Además de la gastronomía, su otra gran pasión son los bolos (modalidad pasabolos), de la que fue un afamado jugador. Incluso recibió trofeos y premios antes de jugar, solo con inscribirse, porque aunque él no loi confiesa, los organizadores le daban el premio y ponían otros premios para el resto.

Por su afición y tratar de recuperar el juego tradicional, Robles cuenta con un equipo inscrito en la liga asturiana de pasabolo (en León no existe) y por cuatro veces el equipo se proclamó campeón. Continúan con la participación, pero Pepe confiesa que ya va siendo hora de que él lo deje, y es un que los 68 años van castigando al cuerpo.

En la actualidad es un jubilado de la minería. Trabajó en el grupo Lumajo de MSP como entibador de primera y policía minero, hasta su prejubilación. Durante dos legislaturas, de 1999 a 2007, fue concejal en el Ayuntamiento de Villablino, incluido en las listas de IU. Y nos confiesa que quizá esta actual legislatura sea su última presencia en la vida política, porque “ya va uno cansándose”, asegura.

Quizá busque un descanso personal, pero su ultima gestión que une un poco mas a los pueblos de Robles y Sosas por la vía de comunicación terrestre confía en que sirva para poner fin a las disputas que como vecinos han mantenido ambas localidades históricamente.

Tal es así que ya en el año 1378 el juez de Laciana, Alvar Pérez, dictó sentencia a una disputa entre vecinos de Sosas y Robles, para que los de Robles no entrasen con sus ganados en el valle de Sosas, fijando entonces linderos y limites, según consta en la “Documentación medieval del Monasterio de San Andrés de Vega de Espinareda” recogida por María del Carmen Gómez Bajo. Ahora se tiende un puente al entendimiento gracias a la labor sencilla pero entregada de Pepe, uno de los muchos que en la provincia de León hacen grande la política de pueblo.

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