Castilla y León logra 549 nuevos exportadores en 2018, pero sólo 43 se suman a los que llevan más de cuatro años en otros países

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Ical

Los esfuerzos para elevar la base exportadora de Castilla y León desde las diferentes administraciones están dando sus frutos y el año pasado, la Comunidad incorporó a los mercado internacionales a 549 empresas, aunque las entidades que venden en otros países de forma “regular”, es decir, durante los últimos cuatro años consecutivos, sólo sumaron 43.

Los datos que facilita el Icex, recogidos por Ical, reflejan que 6.032 empresas exportaron productos durante el año pasado en Castilla y León, frente a las 5.483 del ejercicio anterior. Los exportadores regulares ascendieron a 1.811, cuando el año 2017, fueron 1.768. Los últimos diez años, desde 2008 a 2018, la base exportadora total de Castilla y León sumó 2.423 empresas; y el listado de entidades con ventas regulares, 562, con subidas relativas del 67,1 y 45 por ciento, respectivamente.

A pesar del avance de la Comunidad en el número de empresas exportadoras, lo cierto es que las ventas continúan concentradas en unas pocas compañías, las principales dentro del monocultivo de la automoción. En este sentido, los datos recogidos por Ical, revelan que el año pasado, las cinco primeras empresas exportadoras de Castilla y León, acumulaban el 53,8 por ciento del total de las ventas de la Comunidad; las diez primeras, el 61,2 por ciento; y las 25 más importantes, el 70,7 por ciento. Asimismo, solo medio centenar de empresas asumían, el 77,8 por ciento de las exportaciones; y las 100 primeras, el 84,8 por ciento; un porcentaje que se elevaba hasta el 96,9 por ciento para las 500 más importantes, y al 99,2 por ciento para las 1.000 con más peso.

El volumen medio de ventas de las empresas exportadoras de la Comunidad, se situó el año pasado en 2,53 millones de euros, una cifra que para las regulares se elevaba hasta los 8,12 millones. Las cuantías mermaron respecto a 2017, cuando la base exportadora vendió productos por 2,83 millones; y la regular, por 8,29. Con todo, los datos están por encima de la media nacional, donde el global de las empresas vendió de media por 1,4 millones, y las regulares por 5,26.

La mitad vende menos de 5.000 euros

En este contexto, cabe destacar que del conjunto de empresas exportadores registradas en 2018 en Castilla y León (6.032), 3.001, casi la mitad, vendió productos por menos de 5.000 euros; y 955, por entre 5.000 y 50.000. Asimismo, 344 exportó por un valor entre 25.000 y 50.000; 882 entre 50.000 y 500.000; y 621 entre 500.000 y cinco millones. Además, sólo 198 exportaron por entre cinco y 50 millones; 25 por entre 50 y 250; y seis por más de 250.

En cuanto a las empresas regulares, 240 vendieron productos fuera por un valor menos a 5.000 euros; y el mismo número por entre 5.000 y 25.000. Además, 135 comercializaron en el extranjero por entre 25.000 y 50.000; 479 por entre 50.000 y 500.000; 508 por entre 500.000 y cinco millones; y 179 por entre cinco millones y menos de 50. Por último, 24 exportaron por entre 50 y 250 millones; y seis por más de 250 millones.

En este contexto, las seis empresas que exportaron más de 250 millones de euros, acumularon ventas por 8.470,39 millones, de un total vendido fuera por Castilla y León, de 15.264,13 millones. Asimismo, las 25 con ventas entre 50 y 250 millones, asumieron un total de 2.645,39 millones de euros; y las 198 con entre cinco y 50 millones, por 2.977,1 millones. Las 3.001 empresas con ventas por debajo de 5.000 euros, sólo vendieron en global por 2,87 millones de euros.

Hay que ganar tamaño

El presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale), Santiago Aparicio, reconoció ante estos datos que “a lo mejor” no están “haciendo las cosas bien” y se deberían “replantear” las medidas desde todos los ámbitos para impulsar el proceso de internacionalización y elevar la base exportadora regular. Una apuesta “fundamental”, dijo, dentro de un mercado “globalizado”. porque “aquí también están llegando otras muchas empresas de otros países porque este es un mercado atractivo”.

El dirigente patronal apeló a un “análisis en profundidad” de la evolución del tejido exportador y apostó por impulsar medidas para concienciar a los empresarios de una vez por todas, para que “cambien el chip”, así como por “adaptar” las formas de apoyarles, actuar “de diferente manera” siempre desde la sinceridad de que aunque la internacionalización “es muy bonita, es muy dura y no es fácil”. “La internacionalización es un ejercicio básico y fundamental de las empresa, pero no es nada fácil”, sentenció.

El líder empresarial defendió que la internacionalización permite a las empresas “afrontar de mejor manera” los tiempos de crisis y apeló a los empresarios para que sean “conscientes y consecuentes a la hora de analizar este proceso de forma seria y decidida, para que su empresa sea viable o no en el futuro”.

Santiago Aparicio expuso que del total de empresas exportadoras “como mucho el 30 por ciento vende de forma continuada” y “muchas menos son las que se implantan en terceros países”. En este sentido, constató que el problema de Castilla y León es que el tamaño de las empresas “es muy pequeño”. “El tamaño importa y mucho para tener personal y un departamento de internacionalización que te permita salir con garantías. Las empresas pequeñas pueden tener buen producto pero carecen de esas herramientas”, aclaró.

El dirigente de Cecale lamentó que “por mucho” que trasladan a las empresas que salir fuera “debe ser una inversión a largo plazo”, siguen pensando que organizando una exportación en momento dado, puntual, pueden alcanzar sus objetivos. “Nada más lejos de la realidad”, dijo.

“Lo decimos por activa y pasiva. La exportación logra resultados a largo plazo, es una camino largo y difícil que requiere de un departamento especializado dentro de la empresa, de un plan de internacionalización, de conocer al dedillo el mercado y la legislación en todas las materias dentro del país al que se dirige”, dijo.

El presidente de la patronal autonómica insistió en que “las empresas que perviven” lo logran porque “tienen un plan de internacionalización a medio y largo plazo, con estudios de los mercados y los productos que quieren posicionar”. “Eso no es fácil, requiere inversiones, estudios y un tiempo; y como toda inversión, se debe madurar”, comentó.

Santiago Aparicio aseveró que la exportación “no puede ser de una sola vez, hay que ser reiterativos, constantes, porque es igual que las ventas en España, para ganar cuota de mercado. Requiere de unas herramientas que tienen un coste”.

Aparicio afirmó que “ese es el gran fallo” porque la mayoría de las empresa “no quieren asumir esos costes, los ven como un gasto más que como una inversión” y constató que desde Cecale pueden ayudarles a desarrollar sus proyectos, pero “no es fácil, porque luego esas empresas son muy celosas de sus temas”. “Nos fastidia ver como se pegan batacazos, porque quieren ir ellas solas y se piensan que se hace lo mismo aquí que en otros países y no es así”, concluyó.

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