La Generalitat endurece las medidas al ordenar el confinamiento domiciliario en Lleida y otros siete municipios

Una joven mira a través de la ventana de su domicilio. / Eduardo Margareto / ICAL

Pau Rodríguez / eldiario.es

La Generalitat endurece todavía más las restricciones en la comarca del Segrià al constatar que los contagios no remiten. Ocho días después de confinar a sus 210.000 habitantes, ahora ha decretado el confinamiento domiciliario en ocho municipios a partir de este lunes y durante 15 días. Se trata de la capital, Lleida, y Alcarràs, Aitona, Granja d'Escarp, Massalcoreig, Seròs, Soses y Torres de Segre. Tampoco se podrá salir de los municipios, que en total suman 150.000 habitantes, salvo para trabajar y otras actividades de fuerza mayor.

“La población debe permanecer en su domicilio”, ha informado la consellera de Salud, Alba Vergés, salvo excepciones como ir a trabajar –el que no pueda hacerlo desde casa–, asistir a centros de salud o cuidar a familiares vulnerables. Entre otras medidas, quedan prohibidas las bodas y ceremonias religiosas y se deberán cerrar los teatros, piscinas, gimnasios y discotecas. También los restaurantes que no sirvan comida a domicilio, mientras que las tiendas tendrán que volver a abrir con cita previa.

La consellera Vergés ha comparecido junto al de Interior, Miquel Buch, para anunciar las nuevas medidas. Las infecciones siguen subiendo en la comarca, con 190 positivos en las últimas 24 horas, y preocupa también ahora el incremento fuera de esta zona: en toda Catalunya se han reportado hasta 816 en el último día. “Tenemos que lograr reducir el índice de transmisibilidad en el Segrià, pero como los casos continúan subiendo hay que aplicar medidas extraordinarias”, ha justificado Vergés, que a su vez ha defendido que con estas medidas evitan un “confinamiento total” del territorio.

Se permiten actividades al aire libre con convivientes

Las instrucciones, aprobadas por el Plan Territorial de Protección Civil de Catalunya, prohíben las reuniones de más de 10 personas y las actividades de hostelería y restauración –excepto entrega a domicilio–, pero permiten “actividades de ocio o deporte al aire libre con grupos de convivencia habitual”. Los campamentos de verano también se mantienen.

La situación de la epidemia en el Segrià superó desde hace semanas las capacidades de detección y rastreo del Departamento de Salud, lo que derivó en una transmisión comunitaria del virus que escapó al control de las autoridades. La Generalitat no reconoció este escenario hasta poco después de cerrar perimetralmente los accesos a la comarca y cuando los datos arrojaban una multiplicación de casos en pocos días.

Desde entonces, se había debatido en el seno del Govern la opción de endurecer todavía más las medidas, que se acompañaron en ese momento con una prohibición de reuniones de más de 10 personas y el cierre de las residencias. En esta dirección, este sábado se ordenó el confinamiento de los geriátricos de las regiones sanitarias de Lleida y Alt Pirineu i Aran. La medida más restrictiva, el confinamiento domiciliario, ha estado sobre la mesa, pero de por ahora no se ha contemplado.

Durante la comparecencia de este domingo, el alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, que también ha estado presente, ha defendido haber “evitado temporalmente un confinamiento total que hubiese tenido un impacto económico y emocional mucho más fuerte”. Pueyo ha reconocido que la situación es “grave” y se ha sumado a las apelaciones a la responsabilidad de los ciudadanos a la hora de limitar sus contactos.

En paralelo a la evolución de la epidemia en el Segrià, los contagios han ido aumentando en otros municipios de Catalunya y se han detectado al menos cuatro brotes en l'Hospitalet de Llobregat, la segunda ciudad más poblada de la comunidad autónoma. El salto de los contagios al área metropolitana de Barcelona preocupa ahora a los responsables de salud del Govern.

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