La segunda ola se lleva en la provincia de León al 33,8% de los muertos confirmados de Covid-19 en las residencias de ancianos

Fumigación en la residencia Domus Vi de La Virgen del Camino.

Jesús María López de Uribe

La tercera parte de los fallecidos por la enfermedad del coronavirus en las residencias de mayores de provincia de León han muerto desde el comienzo de la segunda ola, contando su inicio desde el 14 de septiembre y refiriéndose a los que los datos abiertos de la Junta de Castilla y León apuntan con causa certificada de Covid-19 en estos centros.

En concreto, el 33,8% de todos residentes de geriátricos murieron por las consecuencias confirmadas de SARS-CoV-2, según la Consejería de Familia: 112 en 40 días –no hubo decesos consignados hasta el 25 de septiembre–, a casi tres muertos por jornada de media, cuando desde el principio de la pandemia se cuentan 331 con dolencia Covid confirmada en los centros de la provincia leonesa.

Pese a todo, la consejera de Familia, Isabel Blanco, la que se niega rotundamente a dar los datos de las muertes de cada residencia privada –pese a que el Procurador del Común lo considera “información de especial interés público”– ,aseguró el martes pasado que todo iba bien. Blanco, pese a los 86 muertos en el mes de octubre en residencias, consideró que la situación de estos centros en la provincia de León puede “calificarse como controlada”. “No podemos evitar que surjan casos, lo importante es que cuando surjan se detecten y se actúe”, afirmó.

A estos datos habrían que sumar 190 fallecidos más con síntomas compatibles, pero sin pruebas diagnósticas, que dejaron de contarse el 15 de junio, cuando había 218 muertos certificados con pruebas PCR en las residencias de ancianos. Sumando todos, serían uno de cada cinco en esta segunda ola; una cifra similar a la que se venía observando desde septiembre, en la que según los datos abiertos de la Administración autonómica han muerto casi trescientas personas de 1.055 hasta el 4 de noviembre en toda la provincia. De ellos, 254 en hospitales con 156 en León y 98 en El Bierzo y con el mes de octubre como segundo mes más letal de toda la pandemia (140) duplicando a marzo (86) y casi triplicando a junio (56) y sólo por debajo de abril en estos centros (202).

Letalidad del 93% por encima de los setenta años

Aunque los datos ofrecidos por las distintas consejerías de la Junta de Castilla y León de Sanidad y Familia no cuadran, ya que según la primera se han producido desde el 14 de septiembre a 292 muertos en total (254 en hospitales) –más los muertos domiciliarios de los que no se informa su número y hay que deducirlo– y la segunda no indica por provincias cuántos han muerto de los 112 en hospitales (con lo que no se puede saber con certeza cuántos son en domicilios), lo que sí queda claro es que en el reparto del primer número por tramos de edad, la segunda ola se está cebando en los mayores.

De los 1.055 fallecidos en total (a 4 de noviembre) en la pandemia por causa de las complicaciones del SARS-CoV-2 en la provincia leonesa, 286 de los 292 de la segunda ola tenían más de sesenta años. Es decir, el 97,95% de todos ellos.

Sólo 20 tenían menos de sesenta años desde mitad de septiembre, con dos mujeres fallecidas (una de menos de treinta y otra de menos de cuarenta), un hombre fallecido en la cuarentena y un hombre y dos mujeres en la cincuentena. Han sido 6 de 36 en total, con lo que la letalidad de la segunda ola ha sido de un 16,66% en esos tramos de edad. Hasta los setenta murieron 14 personas en esta segunda ola, de 26 desde marzo (un 53,9% de todos ellos, 26).

Ningún niño o adolescente fallecido

Eso sí, se da la circunstancia de que antes de septiembre no había muerto nadie por debajo de los cuarenta en la provincia, y en concreto que no hay decesos entre ningún adolescente o niño por debajo de los veinte años en toda ella.

Pero la cuestión cambia a partir de los setenta, ya que el conteo es que de los 292 muertos producidos en la provincia por causas asumibles a las consecuencias de estar infectado por el coronavirus desde hace siete semanas 286 tenían más de setenta años. Es decir, el 94% de todos ellos, cuando el 6 de mayo pasado era un 91% como se contó en este otro reportaje.

En concreto en esta nueva oleada, por tramos de edad, fallecieron 39 entre esos años y los ochenta (el 22,8% de 171 desde el principio de la pandemia). Y entre los mayores de ochenta se da la mayor letalidad por SARS-CoV-2 en estos casi ya dos últimos meses, ya que han muerto 233 personas de las 822 de ese tramo de edad, lo que supone el 28,3%.

La cifra por tramos de edad y sexo también apunta a una incidencia letal mucho mayor entre los hombres de sesenta años que entre las mujeres. En concreto cinco veces más, ya que en total han muerto 50 varones por 10 enfermas. En la segunda ola aumentó a una proporción de 6 a 1 con 12 por 2 muertes.

Entre los setenta y los ochenta han muerto en total 115 hombres y 56 mujeres, casi el doble; y en la segunda ola han sido 36 fallecimientos masculinos por seis femeninos, seis veces más. Pero a partir de los ochenta la proporción se da la vuelta, debido a que la esperanza de vida de los hombres es de unos 81 años. En total han muerto 374 hombres por 444 mujeres por encima de esa edad, de los cuales 105 de los primeros y 128 de las segundas lo han sido en esta última oleada letal.

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