La pintora María del Roxo ofrece en Villablino una exposición de retratos

María del Roxo presenta su exposición en Villablino.

Luis Álvarez

Desde el pasado lunes hasta el último viernes de este mes de agosto, día 28, se puede disfrutar en Villablino de una más que interesante colección de medio centenar de retratos de la pintora asturiana María del Roxo, en la sala de exposiciones de la Casa de la Cultura. Permanecerá abierta en horario de mañana de 10.00 a 14.00 horas.

Si dispones de media hora libre y estas cerca de Villablino, acércate hasta la Casa de la Cultura y darás el tiempo y el desplazamiento por bien empleados, después de que hayas disfrutado de la contemplación de los rostros y las miradas, que desde lienzos y tablas se posarán sobre ti, provocándote sensaciones extrañas, alegres, inquietantes, duras, amables o quizá inciertas, provocadas por las miradas de esos cincuenta retratos.

Vas a ver y te sientes observado, es una sensación extraña. María logra con sus retratos y los ojos y las miradas de sus personajes retratados provocar en el espectador sensaciones, que remueven en su interior un algo agradable, amable, dulce en el goce estético.

No sé si pretendida o inconscientemente la autora parece ser fiel seguidora de la vieja máxima valleinclanesca “nada es como es, sino como se recuerda”, referida al concepto estético de la pintura y la literatura. La verdad esencial en sus retratos no está en ese instante de la mirada, está más en la sensación escondida que nos provoca en nuestra apreciación estética.

La exposición se estructura en varias series: sombras, hadas y brujas, las estaciones de Laciana, mujeres confinadas, retratos pop, vintage, pecados capitales y sueltos. Donde predominan los colores intensos y vivos, que promueven la alegría, los claroscuros de la dureza o los tenues y difuminados de la mística. Las obras están realizadas en los últimos cuatro años, ofreciéndonos así una panorámica de la evolución de la autora en este periodo de tiempo.

De los cincuenta rostros que se representan en la muestra solo cinco son masculinos, los otros 45 son de mujeres. Lo que me llevó a preguntarle a la autora si las mujeres le permitían un mejor medio para expresar sus necesidades e inquietudes artísticas, o existía otra causa para esta preponderancia femenina. Su respuesta fue esta: “Más mujeres que hombres, sí, siempre. Me parece que las mujeres son más complejas desde el punto de vista emocional y tengo la sensación de que todas ellas ocultan, más que dicen, con sus miradas. Los hombres, en general, me parecen más transparentes y por tanto menos interesantes desde el punto de vista creativo”.

Algunos de sus retratos están hechos sobre la base de retratos fotográficos, de dos de sus fotógrafos preferidos, la bangladesí Mou Aysha y el francés Paul Gonnord, que ella misma explica y detalla en su blog personal http://mariadelroxo.blogspot.com/, donde da cuenta de cómo se desarrolla el proceso creativo de muchas de las obras que se pueden ver en Villablino. Pues no es nada oscurantista y la transparencia parece ser su forma de entender el arte, contraviniendo su afirmación anterior de que “las mujeres ocultan más que dicen”, o es que quizá María se sale de los límites de lo general y está hecha con otra horma.

La última de las series, 'Pecados Capitales', consigue expresar en unas miradas intensas, calculadas y bien diseñadas, las pasiones humanas poniendo ante nosotros, casi un algo como de culpa, al ver en ellas un poco de nosotros mismos y de nuestros secretos ocultos, que no queremos ver reflejados en el espejo.

Maria del Roxo, mujer polifacética

Es de una casta de mujeres de antaño, duras, luchadoras, infatigables, pero no por ello menos femeninas. Heredera de las mujeres de su tierra Villaoril, una aldea en el concejo asturiano de Ibias, 'La Provinciona' le llamaban algunos con aire despectivo. Por su tierra de origen ella dio la cara y durante más de diez años mantuvo activo un blog, para sacar del olvido y poner en el mundo la tierra de sus ancestros https://el-lejano-oeste.blogspot.com. Y en verdad que lo consiguió.

Políglota, habla cinco idiomas, fotógrafa, escritora, editora y pintora. Ahora vive en Oviedo, pero nunca olvida sus orígenes y visita su tierra con la frecuencia que sus obligaciones le permiten. Su formación académica no es de artes, pero ella misma reconoce que “desde pequeña me he sentido atraída hacia el mundo del arte. Desafortunadamente no pude realizar mi sueño de estudiar Bellas Artes, pero al final el destino es cabezota y después de casi una década de abandono total de la pintura, recuperé mi afición hace ahora unos veinte años. Comencé con una serie de autorretratos y de retratos de mis mejores amigos en una serie que titulé Poptraits (Retratos Pop) y he seguido experimentando con rostros de ancianas que es una de mis pasiones. Estos últimos años he tenido también la inmensa suerte de asistir a clases con María Viyella, en Crearte (Oviedo), que me ha abierto los ojos a nuevas técnicas y formas de experimentación, y me ha hecho perder el miedo a seguir mi instinto”.

Como expresión de respeto por sus orígenes ha tomado como nombre el de la casa de su familia, la 'Casa del Roxo' de Villaoril, cuya última residente fue su propia abuela, María, de la que también ha heredado el nombre, fallecida hace algo más de una década.

Sobre los aspectos de sus facetas como fotógrafa, editora y escritora, existe un excelente artículo de Manuel Cuenya publicado en ileon.com en 2016, dentro de su serie o colección 'La fragua literaria leonesa' https://www.ileon.com/cultura/068633/maria-del-roxo-en-el-bierzo-en-babia-en-laciana-me-siento-como-en-casa en el que además se da cuenta de la razón de incluir a una asturiana como María en la fragua literaria leonesa, porque ella tiene ese sentimiento a caballo entre las dos provincias.

Alimentado y acrecentado por la gran relación que Ibias ha tenido y tiene con Laciana, donde aún residen muchos de los ibianos que buscaron en la minería lacianiega una mejora en las condiciones de aislamiento y abandono de su tierra desde el final de la guerra civil hasta los años 60 del pasado siglo.

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