Engorílate disfrutando del freestyle en Kin Kon

Kin kon

Marta Cuervo

Efrain, Julio y Rubén quisieron dar un paso más allá, estirar sus ganas de nieve hasta el punto de poder seguir disfrutando del snowboard... incluso sin nieve.

“Decidimos crear un sitio en el que poder divertirse más tiempo de esos deportes que engloba y en el que la gente disfrutara con nosotros, de eso se trata Kin Kon. Todo surgió así, de la nieve, y a cada uno de los tres, a parte, nos gustan otras disciplinas: a Julio el slackline, a Rubén la cama elástica y a mi me gusta el patín...”, explica Efrain. Y así, de la amistad de tres chicos con mucha ilusión, muchas ganas y todo el esfuerzo posible, nació este club deportivo de freestyle.

Slackline, jibbing, skate, ping pong... bienvenido al mundo del freestyle en León

Kin Kon, en San Andrés del Rabanedo, consta de una nave cerrada que dispone de un halfpipe pequeño para patinar, uno más grande que está en construcción, un rocódromo también en proceso pero con unas cuantas vías de escalada, aparatos multipresas, bancos de pesas, una cama elástica para el trampskate, una mesa de ping pong, y una cinta de slackline alta para nivel avanzado y otra pequeña para aprender. Este templo de la improvisación en deporte también cuenta con un patio abierto, dedicado a las disciplinas de nieve, con módulos para deslizarse -como un tubo y una rampa para realizar jibbing- y una canasta.

“Lo hemos construido todo nosotros, y a ser posible con materiales reciclados. Un club deportivo sin ánimo de lucro, y con mucha ayuda de la gente”, apunta satisfecho Efrain.

Gracias a esta instalación, cualquier persona interesada en practicar o en aprender a realizar alguna de estas modalidades deportivas tiene un lugar al que acudir: Kin Kon.

Para mantenerlo, es necesario cobrar a los socios una cuota de mantenimiento de 15 euros, cantidad que se destina de manera íntegra al alquiler y cuidado del lugar. “Al ser socio tendrás llave de la nave. Pero si quieres ir días sueltos y no te interesa ser miembro, el primer día es gratuito para conocer las instalaciones y luego se cobra dos euros al día”, explica uno de los fundadores como opción.

Aunque Rubén, Julio y Efrain no se dedican profesionalmente a ello, en Kin Kon siempre hay alguien, y no sólo para abrirte la puerta, sino para ayudarte en mejorar, en aprender, o quizás para echar unas canastas. “No es nuestro trabajo, no reporta ningún beneficio salvo la satisfacción y el disfrute”, aclaran.

Kin Kon, donde 'querer es poder'

Una alternativa a los gimnasios, puesto que se entrenan bastantes partes del cuerpo, se practica deporte y se pasa un rato divertido, siempre con novedades.

Otro punto positivo, la interacción social que se produce. “Conoces a muchas personas con tus mismas aficiones, y a gente a la que le gustan estos deportes, pero que por edad no se atreven a dar el paso de aprender a patinar. Nosotros nos ayudamos unos a otros”, declara el deportista.

Kin Kon lleva gestándose desde hace nueve meses, aunque los módulos se han ido completando hace cuatro, ya cuenta con 34 socios y con expectativas de ir ampliándose de cara al invierno. “Estamos contentos porque ha habido movimiento, se ha visto a la gente sudar”, reconocen los fundadores.

Y el nombre... “En este tipo de deporte cuando estás disfrutando mucho se dice que estás 'engorilado'. Bajando un día de la nieve, dándole vueltas al coco, surgió el nombre. Y a partir de ahí surgió todo”, recuerda el aficionado al trampskate.

Pero la idea de Kin Kon va mucho más allá, llegando incluso a ofrecer otras actividades enfocadas a los niños. “Clases para enseñar, sobre todo en verano, campamentos urbanos...”.

A modo de despedida, Efrain lanza un consejo: “Todo está basado en el tiempo, en echarle horas, en la constancia. En estos deportes 'querer es poder'. La nave viene muy bien para la gente que no se atreve o que no tiene con quién empezar”.

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