De alumna a entrenadora responsable del Club de Luchas Olímpicas de León

Club Clolda con Begoña G. España y el fisioterapeuta Sergio Muela.

Marta Cuervo

Aunque se ha convertido en una de las mujeres más reconocidas dentro de las luchas olímpicas de la provincia leonesa, Begoña González España llegó a lo que hoy ha convertido en una forma de vida “de manera casual”. “Siempre me gustaron los deportes de contacto y un buen día me acerqué al pequeño gimnasio del barrio, 'Mamba Gym', en Ponferrada. Ahí conocí a dos grandes personas: Diego Vázquez propietario y entrenador, y Sergio Muela, mi entrenador de luchas y fisioterapeuta oficial del club Clolda. Ellos han hecho realidad mi sueño con su apoyo. A día de hoy siguen siendo los dos principales pilares de mi carrera como luchadora y entrenadora nacional”, confiesa Begoña, que desde que descubrió este deporte se apasionó por él. “Con mucho esfuerzo y disciplina he conseguido lo que deseaba enseñar: las luchas a mucha gente”, añade orgullosa.

Pero a pesar de todo este entusiasmo y esfuerzo diario, la situación de las luchas olímpicas en León no es buena. “No recibimos ayudas y esto dificulta evolucionar”, resuelve sin tapujos.

Rompiendo clichés en ¿'deportes de hombres'?

El mundo de los deportes de contacto siempre ha estado muy vinculado al género masculino, pero son mujeres como Begoña y otras compañeras las que están abriendo los ojos a una sociedad preparada para ver deportistas mujeres 'pegando fuerte'.

La entrenadora responsable del Club de Luchas Olímpicas de León y Disciplinas Asociadas, practica lucha libre, olímpica, lucha leonesa y luchas celtas y, por supuesto, compite con su equipo, que es mixto, en todos y cada uno de estos estilos. “En este momento hay seis mujeres y tres niñas, pero siguen siendo los hombres la mayoría. Yo fui la primera y única mujer en El Bierzo que se atrevió con este deporte tan completo, y pasaron muchos años para conseguir compañeras de lucha”, declara Begoña, animada por la, aunque lenta, cada vez mayor presencia femenina en su gran pasión.

Pero, a pesar de haber entrenado sola en estas disciplinas, lo cierto es que la berciana nunca ha encontrado dificultades por ser mujer entrenadora de lucha. “La Federación Española de Luchas me ha tratado muy bien y apoya a todas las mujeres deportistas. La Federación Territorial también, pero no siento su apoyo”, añade.

Los beneficios de las luchas olímpicas

Tal y como explica Begoña, la lucha ayuda mucho al aparato respiratorio y al sistema cardiovascular; “el desarrollo de los luchadores adquiere mayor aumento de capacidad vital. Es un deporte positivo en general”.

Aunque ya son muchos campeonatos, y Begoña pone el mismo entusiasmo y se prepara de forma disciplinada para cada nueva cita deportiva, sí que conserva en la memoria algunos que han marcado de manera especial su trayectoria. “Recuerdo con especial cariño uno de mis primeros corros de lucha leonesa, al que me llevó mi entrenador Sergio Muela. Mi rival era muy buena y me dio una buena caída. Pero me levanté con las ganas de seguir y conseguir lo mejor. La verdad es que no me fue nada mal desde aquel año”.

Después de “unas pequeñas vacaciones merecidas”, explica la entrenadora, su club ya ha vuelto a la carga con los entrenamientos, en la que no se descansa ni un sólo día. “En nuestro caso preparamos tres días luchas y dos días entrenamos en ciclos en sala de máquinas, gimnasio y salidas al aire libre para el cardio”.

Los campeonatos nacionales están a la vuelta de la esquina y Begoña reconoce que “hay que entrenar a tope”. “Tenemos buenos resultados del año pasado, pero hay que mejorarlos. Algunos alumnos no han dejado de entrenar ya que están en los corros de leonesa”, y, es que, además de buenas aptitudes, lo que se necesita en estos deportes para destacar y lograr objetivos es el sacrificio personal, la ambición a la hora de superar las propias metras y el entrenamiento disciplinado. Y los quienes se encuentran en el club Clolda de Ponferrada, hallan el mejor ejemplo en su entrenadora Begoña.

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