La entrenadora leonesa Olga Shugaeva campeona de los Pole Arnold Spain 2018

Pole Sport

Marta Cuervo

Sin perder la sonrisa y sin dejar de recordar en cada momento la fuerza que la transmite el cariño de todos sus alumnos, Olga ha vuelto con un brillo especial en la mirada tras haberse proclamado campeona del Pole Arnold Spain 2018, un premio dedicado al pole sport, y celebrado el pasado 29 y 30 de septiembre en Barcelona. Quizás el gusanillo de la competición después de tantos años dormido en el estómago de la rusa vuelve a despertar, con ganas de más éxitos. Y, es que, la gimnasta internacional Olga Shugaeva, comenzó a competir con cinco años logrando numerosos reconocimientos, pero dejó ese mundo con sólo 16 y hasta el mes pasado no volvió a sentir la adrenalina y los nervios previos a un campeonato.

“Lo que más me alegra de todo es que vino conmigo una alumna que tuvo la valentía de competir. Hay mucha gente y da miedo, además ella sólo llevaba entrenando desde hacía un año. Al principio es inevitable sentir que quizás todavía estás verde, al ver el nivel que hay en este tipo de campeonatos, pero nos gustó y animó mucho el ambiente”, reconoce Olga todavía emocionada. Muy orgullosa de su alumna, la gimnasta valora mucho el hecho de que venciera sus nervios, realizando su combinación de ejercicios sin errores.

Para poder participar en este concurso, creado por el actor, político y empresario Arnold Schwarzenegger, hay que preinscribirse con mucha antelación. “Cuando empecé a prepararme en serio para la competición, empecé a lesionarme. Llegó un momento que me hice daño en el hombro, y me di cuenta de que tenía que parar, no podía arriesgarme a una lesión más grave”, confiesa Olga, que se presentó en el Pole Arnold Spain 2018 sin rutina establecida, sin acrobacias ni combinaciones. “Mi ejercicio iba a ser pura improvisación. Mi único objetivo era no matarme en el escenario”, bromea la entrenadora. “Mi alumna era la que realmente me preocupa, ya que mi vida deportiva es algo que he dejado atrás para convertirme en entrenadora. Los logros de mis alumnos son ahora también para mí, y eso me motiva mucho. Por eso ella sí que llevaba todo bien trabajado”, apunta.

De esta forma, como Olga no concibe la idea de tirar la toalla, salió al escenario creando a cada paso movimientos espontáneos. Y su mayor sorpresa fue que ganó. “Los jueces valoran la dificultad de las acrobacias, que la ejecución sea limpia, la fuerza y el arte que le pongas a la coreografía. Yo salí con mi propio estilo, fluyendo con la música, me dejé llevar, y creo que por eso gané”, explica.

Aunque ahora su prioridad es su faceta de entrenadora, sí que se plantea volver a presentarse, ya que este primer puesto le ha devuelto la ilusión por la competición, una sensación que trata de contagiar a sus alumnos: “El que quiere puede, no hay excusas. Este deporte es para todos, sin límite de edad”, anima la gimnasta.

Distintos perfiles, edades, profesiones y sexos: el pole sport es para todos

Susana tiene 46 años, trabaja en el peaje de una autopista. Hace un año y medio que empezó a entrenar pole sport y, aunque nunca había sido deportista, ahora no se pierde una clase. “Me ha enganchado. Es un deporte que te pide mucho, pero en el que con trabajo ves cómo consigues las cosas. Te ilusiona ver que tú puedes. Para mí es una motivación”, confiesa.

Isabel, de 32 años, se dedica al mundo de la comunicación. Es una chica deportista, que siempre ha ido al gimnasio, e incluso se entrenaba con crossfit. “El pole no es un deporte que esté muy promocionado en León, pero me apunté. El primer día estaba perdida, pensé que no era para mí. Pero en la segunda clase empezaron a salirme los ejercicios. Olga te motiva y las compañeras son estupendas; es algo que te pica y te engancha”, comenta Isabel, destacando el toque de feminidad y de seguridad que ofrece esta disciplina, que consigue subir la autoestima a quien lo practica.

Marta también tiene 32 años y es estudiante de biología en León. “Los deportes normales no me gustan, me atrae siempre lo raro. Esto me pareció curioso y quise probar. El primer día no era capaz ni de agarrarme a la barra, pero ahora, poquito a poco voy consiguiendo avanzar”, declara. Marta, que para recibir las clases viene desde Mansilla de las Mulas, diferencia tajantemente este deporte con el cliché de los espectáculos eróticos con el que en ocasiones se confunde: “Es totalmente distinto. Para realizar pole sport tienes que tener fuerza, flexibilidad y equilibrio, condiciones que poco a poco vas ganando si no tienes”.

La benjamina del grupo es Natalia, una niña de 9 años, que se interesó por el pole sport porque lo practicaba su prima. “Lo que más me gusta es... todo”, asegura la pequeña, que también reconoce que es un deporte “que se le da bien” y que ha tenido que explicar a sus amigos porque no lo conocían.

Dafne debido a su trabajo, conductora, se pasaba todo el día sentada. “Estaba harta, quería hacer algo nuevo, pero no el deporte que había hecho durante toda mi vida que es la natación”, recuerda la joven de 22 años. “Siempre me ha gustado el baile, las actividades nuevas y cuando me enteré de que había pole dance y que lo daba Olga no dudé en apuntarme para probar”. Según Dafne, la única condición para ser deportista de pole son las ganas. “Teniendo ganas se puede. A mí me ha aportado mucha autoconfianza y seguridad en mí misma”.

Patricia, de 43 años, es enfermera del quirófano de urgencias del Hospital de León. De pequeña hizo gimnasia rítmica, luego también practicó escalada deportiva y más tarde siguió entrenando en gimnasios. Pero necesitaba más. “Llevaba un tiempo interesada por este deporte. Supe de Olga, y aunque también hago baile latino que a nivel de psicomotricidad está muy bien, quería trabajar más la fuerza. Yo hago pole sport como entrenamiento porque trabajo mucho en menos tiempo. He ganado mucha fuerza física, hacía años que no me notaba tan fuerte y además he conseguido definir más el cuerpo”, reconoce sonriente Patricia.

Olga, antes de despedirse, insiste en agradecer este éxito y toda la ayuda que está recibiendo para poder dar sus clases de pole sport a tres personas muy especiales para ella que son: Sofía Prieto Alonso, David Rafael Vega Martín y Óscar Fernández del Cojo. Por supuesto, el premio recibido va dedicado a sus alumnos con todo su cariño, tal y como ella ha reflejado.

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