Pedalear de Roncesvalles a Santiago a los 78 años: el Camino de Emilio Villanueva para honrar a las víctimas del Covid-19

Emilio Villanueva se prepara en su finca, entre cerezos, para hacer el Camino de Santiago en bicicleta.

César Fernández

Comenzó yendo a las carreras a escondidas de su madre; y ahora son sus hijas las que le frenarían si pudieran. De chaval, los padres no entendían aquello de ir a correr en bicicleta habiendo trabajo en casa; y, lindando ya los ochenta, son sus descendientes, enfermeras de profesión, las que intentan disuadirle de su idea de acometer una aventura maratoniana con el virus todavía al acecho. Pero a Emilio Villanueva, que este sábado cumplió 78 años, le gustan los retos.

Le llamaban loco cuando, siendo concejal de Deportes del Ayuntamiento de Ponferrada, presentó la candidatura para hacer de la capital berciana sede de un Mundial de Ciclismo. Y ahora ha encontrado reacciones de sorpresa al otro lado del teléfono cuando transmite su iniciativa para hacer el Camino de Santiago desde Roncesvalles en ocho etapas en bici de montaña honrando en cada final la memoria de los fallecidos que tuvieron que ser enterrados sin el calor de la familia y los amigos.

Fueron precisamente el testimonio de sus hijas sobre el impacto de una enfermedad de efectos imprevisibles y el sentimiento “desolador” de sacerdotes al enterrar a vecinos con apenas tres acompañantes los que le llevaron a pergeñar un “homenaje” a las víctimas del coronavirus. “Mis hijas me dicen que ni se me ocurra, pero yo tengo que hacer algo que implique un sacrificio”, explica Villanueva, que ganó su primera carrera en Asturias diciéndole a su madre que iba a una excursión de clase.

El testimonio sus hijas, enfermeras de profesión, sobre el impacto de la enfermedad y el sentimiento desolador de los sacerdotes por enterrar a vecinos con apenas tres acompañantes le llevaron a pergeñar un homenaje que implicara un sacrificio

Fue el comienzo de una larga y fructífera carrera ciclista que no llegó a más por sus dudas sobre el dopaje, pero que dejó presencias esporádicas en equipos míticos como el Teka y el Kas. Luego él mismo formaría y dirigiría un conjunto que lideraría el pelotón femenino español en los ochenta. Y llevó su pasión a la política hasta ser el 'padre' de la idea del Campeonato del Mundo de Ponferrada, que finalmente tuvo lugar en 2014.

Ahora el reto también es de altura, tanto por su edad como por las precarias condiciones de entrenamiento a las que somete el obligado confinamiento por el estado de alarma. A sus 78 años, ya jubilado tras una trayectoria laboral en la que combinó un puesto de carnicería en el Mercado de Abastos de Ponferrada y un taller y tienda de bicicletas en el barrio de la La Placa, Villanueva ha trazado un pequeño circuito de apenas 200 metros sorteando cerezos tanto para salir de la monotonía del rodillo como para acostumbrar al contacto del cullote con el sillín en condiciones similares a las del trazado del Camino de Santiago.

Ocho etapas rondando los 100 kilómetros

Cuando el proceso de desescalada le permita prepararse en condiciones al aire libre, estima que apenas harán falta un par de semanas para afrontar con garantías ocho etapas de entre 80 y 120 kilómetros con paradas en Estella, Santo Domingo de la Calzada, Burgos, Carrión de los Condes, León, Ponferrada, Portomarín y Santiago de Compostela.

A sus 78 años, Villanueva ha trazado un pequeño circuito de apenas 200 metros sorteando cerezos en su finca de La Placa para escapar de la monotonía del rodillo y acostumbrarse a condiciones más reales sobre el terreno

“No lo hago por protagonismo; es un sentimiento”, dice Villanueva, que se puso en contacto primero con Roncesvalles y Santiago de Compostela, 'salida' y 'meta' de esta particular vuelta ciclista que partirá de la Colegiata de Santa María de la localidad navarra y concluirá en la Iglesia de San Fructuoso de la capital gallega, apenas a unos metros de la Plaza del Obradoiro.

Por el camino ha ido implicando a las cofradías de los distintos finales de etapa con la idea de poder participar a su llegada en las tradicionales misas del peregrino. La de Ponferrada tendrá lugar en la Basílica de la Encina. “Por todas las familias que han perdido a un ser querido, por todos los fallecidos que no han podido tener un funeral” es su dedicatoria.

Con una antorcha en el portabultos

Emilio Villanueva hará en principio la aventura en solitario, aunque ya ha recibido el ofrecimiento de una exciclista de élite. Como quiere extremar las precauciones de contagio, busca el acompañamiento de una autocaravana para evitar descansar y dormir en albergues. Y su idea es prender una antorcha que llevaría en el portabultos de la bicicleta, su seña de identidad a la hora de llegar a cada destino cada tarde minutos antes de la misa del peregrino.

Emilio Villanueva hará en principio la aventura en solitario, aunque ya ha recibido el ofrecimiento de una exciclista de élite. Como quiere extremar las precauciones de contagio, busca el acompañamiento de una autocaravana para evitar descansar y dormir en albergues

La etapa más larga y más dura será precisamente la Ponferrada-Portomarín, de en torno a 117 kilómetros, asume Villanueva, que hace un par de años desistió por los requisitos burocráticos de su intento de batir el récord de la hora para mayores de 70 años en velódromo, pero por el medio se enfundó el jersey arcoíris como campeón del mundo contrarreloj Master 70 en el verano de 2017 (ya había sido en 1988 campeón de España de veteranos de mountain bike). Ahora su plan consiste en ir ganando cadencia de pedaleo para finalmente afrontar desarrollos con más potencia en una bicicleta de montaña que adaptará para un trazado que combinará también la carretera.

El calendario, sometido a las fases del plan de progresivo desconfinamiento programado por el Gobierno, todavía es una incógnita. Acostumbrado a escalar grandes puertos, ahora se somete paradójicamente a los ritmos de una desescalada que marcará los tiempos de esta nueva contrarreloj, quizá la más emotiva de su carrera por guardar en cada meta un homenaje a quienes el coronavirus dejó en la cuneta.

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