Un cuarto de siglo del Colegio San Miguel de Villablino

Celebración fiesta 25 aniversario del Colegio de Villablino.

Luis Álvarez

El Colegio de Enseñanza Infantil y Primaria San Miguel de Villablino clausuró el curso de su veinticinco aniversario, con una gran jornada festiva para alumnos, padres, abuelos y profesores. Cerrando un curso escolar en el que ésta efemérides ha estado presente desde septiembre de 2017.

Actuaciones de grupos de niños, charlas, visionado de videos, o fiesta de espuma, para los más pequeños, han sido algunos de los actos en los que también han estado presentes miembros de la corporación municipal, entre ellos el alcalde Mario Rivas. Dándole una mayor relevancia a los mismos. Terminado con un aperitivo para los niños.

A lo largo del curso escolar, dos madres, Anay Marín y Silvia Gándara diseñaron una mascota de la conmemoración (Sami) y un cartel que se ha colgado en la fachada, con los que se lanzaron diversos productos de merchandising, puestos a la venta con muy buena acogida y cuyos beneficios se van a emplear en mejorar la dotación del centro.

También se prepararon dos videos por parte de los profesores del centro con material fotográfico de la historia de estos 25 años, uno. Y recogiendo en el otro los principales proyectos educativos, sociales o deportivos desarrollados en ese periodo de tiempo.

El centro constituido en el curso 1992-1993, se creó como una separación del otro colegio de Villablino, el denominado Generación del 27, que por aquellos años ocupaba hasta tres grandes edificios (norte, sur y este). Repartiendo entre ambos centros los 1.200 alumnos que existían. Unos años en que la enseñanza infantil acogía a más de 130 niños en un único parvulario con 17 aulas. Hoy entre ambos centros, que acogen en sus aulas a los niños de infantil también, apenas sobrepasan los 400 alumnos, de los que 247 están en las aulas del CEIP San Miguel.

Al principio este colegio también ocupaba dos edificios, uno de los cuales hoya esta incluido en el IES Obispo Argüelles. Y fue viendo como sus instalaciones se iban mejorando poco a poco, adecuación del patio. Primero fue el cierre, después el asfaltado y finalmente la construcción de una pista polideportiva cubierta, y por último la ampliación del espacio visual del patrio, con el derribo del antiguo matadero municipal, con el que compartía muros, para destinar el terreno al malogrado Parador de Villablino, al menos los niños han salido beneficiados de la pifia.

Varias reformas y adecuaciones de espacios interiores, amén de las necesarias obras de mejora (cubiertas, ventanas, pintura, mejora del sistema eléctrico o cambio de la calefacción inicial de carbón.

Un cuarto de siglo, que ha visto pasar, correr, gritar y aprender a más de 2.000 niños de este municipio, de los que los primeros ya superan hoy la barrera de 30 años y son algunos de sus hijos los que hoy ocupan su lugar en las aulas.

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