El candidato a la pedanía de un pueblo de León que vive a 2.000 kilómetros

Isaías Alejandro, candidato a la pedanía de Valdepino Vaca.

Isaías Alejandro de Bernardo Rodríguez, -Isa o Alex para según quien- se presenta como candidato en la lista del PSOE para presidir la Junta Vecinal de su pueblo, Valdespino Vaca. No tendría nada de particular si no fuera porque vive a 2.000 kilómetros, en Tenerife, desde hace 33 años, donde trabaja como director de un colegio de Primaria. También es periodista (prensa, radio y televisión) desde hace ya más de veinte años.

Su candidatura a la Pedanía es una de las dos presentadas, se medirá contra un candidato del PP. Y deberán 'hablar' las urnas este domingo 26 de mayo, al contrario que en otros 656 pueblos en los que ya hay electos otros tantos presidentes de junta vecinal por no haber más que un aspirante.

“Es mi pueblo, me gusta su gente y creo que puedo contribuir a hacer cosas interesantes para los que viven habitualmente y también para los que visitan con asiduidad el pueblo. En el fondo son razones emocionales. No quiero que mi pueblo se muera. Y porque para mí sería un honor que los vecinos confiaran en mí”, responde cuando se le pregunta por los motivos que han empujado a presentarse a los comicios en tan curiosas circunstancias personales.

Según su madre, esta decisión solo traerá “disgustos”, pero no parece muy de acuerdo con su progenitora: “yo creo que voy a ganar mucho si soy capaz de lograr que la gente que vive aquí se sienta cada día un poco mejor porque algunas cosas hayan cambiado, y si los que vivimos fuera ya sean del pueblo o no, encuentran más alicientes para venir”.

Recuerda que “cuando estaba en la Universidad, después de muchos años con el bar cerrado y sin fiestas, junto a un amigo, mientras la siesta allá por finales de julio, construimos una barra con maderas usadas, conectamos la luz y abrimos el bar. A los pocos días se nos ocurrió pasar las fiestas que se celebraban –ya sin éxito alguno- en mayo y noviembre al primer fin de semana de agosto. Tuvimos tanto éxito que habíamos contratado una orquesta para un día y esa misma noche nos fuimos a Santervás de Campos a contratar orquesta para el segundo día. Esto fue hace ya treinta y tantos años y ahí siguen. Es decir que tengo trayectoria”, explica el candidato.

En cuanto a residir a 2.000 kilómetros del pueblo que quiere gobernar, 'Isa' no ve problema: “Hoy en día los obstáculos de la lejanía son minúsculos. Además, vengo muy a menudo por el pueblo. En el último año, creo que llevo cinco o seis viajes con estancias nunca inferiores a una semana además del mes de agosto completo. Las nuevas tecnologías te permiten estar al tanto de todo, firmar documentos, solicitar lo que sea al instante... y, además, que hay unas cuantas personas que siempre están dispuestas a ayudar. Agustín Solla, que me acompaña en la lista, además de llevar la alegría por donde pasa, es ejemplo de disponibilidad”, afirma.

“Me encantaría ganar, porque me sobran ganas de hacer cosas”

En el fondo, ganar o perder no representan ninguna condición para Alejandro de Bernardo, que seguirá arrimando el hombro en todo lo que pueda. “Toda mi vida me he significado por organizar, participar y conseguir cosas para Valdespino. Creo que ahora cuando es tan difícil fijar la población, tenemos que ser creativos y buscar soluciones, ideas novedosas que -sin perder noción de la realidad- traigan algún atractivo para que esto viva. Porque me gusta hablar con la gente y pueden estar seguros de que se van a sentir escuchados. Así que confío en que me elijan. Pero si no es así, seguiría colaborando con las mismas ganas de hoy apoyando al nuevo alcalde en todo lo que sea mejorar el pueblo. Es cuestión de sentimientos y por ahí no puedo fallar”.

Como buen candidato tiene programa electoral y mantener el bar abierto es una de sus prioridades: “Es fundamental. Para eso habrá que contribuir desde la Junta Vecinal a su mantenimiento. Gastos como la calefacción, el agua o la luz habrán de ser subvencionadas, porque con los beneficios que pueda dar ahora mismo, en estos inviernos tan largos, es imposible que nadie viva. Y, para mí, es un servicio social. Lo mejor que se puede ofrecer a quienes residen habitualmente en el pueblo y una razón segura para que los que se plantean venir se decidan a hacerlo. Pues para venir y no ver a nadie... mejor se quedan en casa”, afirma.

Entre las distintas ideas se propone dinamizar los fines de semana de agosto con talleres, actividades, representaciones, juegos... También recuperar las tradiciones y peculiaridades del pueblo para transmitírselo a los más jóvenes. Punto libre de conexión Wifi, arreglar el camino del cementerio. “presionar a quien corresponda para que arreglen la carretera que va a San Miguel y la de Sahagún, recuperar el frontón, un mini parque infantil en el callejón del bar... y lo más importante de todo: Lograr una armonía total entre todos los vecinos y amigos del pueblo. Que todos sigamos con la disponibilidad de ayudar al que sea. Que nos comamos los malos rollos y pesen más los buenos momentos”.

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